Sociedad

No les bancamos más

  • Criando Consciencia
  • No les bancamos más
  • Nadja Alicia Milena Ramírez Muñoz

Ayer entrevisté a mi madre, para saber cómo había sido criar a tres hijos sin pensión digna.

De más está decir que llegué a casa agotada emocionalmente, con una rabia fría, antigua, que me acompaña todos los días y no me suelta ni aunque lo desee.

La misma rabia que me motiva a ir a los tendederos de deudores, a escribir sobre hambres y horrores. 

La rabia que como bien lo mencionó Rebeca Zebrekos, debería de darnos la indiferencia de los progenitores ante la “muerte lenta” que implica negarle los alimentos a un niño del cual eres económicamente responsable, o deberías serlo, en más de un nivel.

Vivimos en una epidemia de infanticidios a sangre fría. La epidemia de los padres que voltean hacia otro lado cuando les dices que sus hijos comen todos los días. 

La de aquellos que mandan doscientos pesos de vez en cuando. 

La de los muy cumplidos, que mandan lo que les ordena el juez sin tomar en cuenta que con veinte pesos al día ni siquiera come un niño, mucho menos se desarrolla en bienestar.

Si no fuera por las madres que cargan la crianza y la manutención de esos niños, los niños se morirían de hambre. 

Literalmente. ¿Por qué nadie está hablando de políticas públicas que prevengan este tipo de violencia? ¿Por qué, como menciona la psicóloga Margaret Ruiz Franco, seguimos normalizando la explotación de los cuerpos femeninos?

Once mujeres muertas al día. ¿Cuántas violadas, cuántas desaparecidas? ¿Cuántas mujeres estirando cien pesos mientras el que co engendró a la criatura vive libre, pleno y feliz y no tras las rejas cómo debería?

Dice Diana Luz Vásquez que el Estado es el principal deudor alimentario porque es el Estado quien debe proteger el interés superior del menor y ante la ineptitud de los procesos para garantizar los alimentos a los niños y niñas que lo necesitan, el Estado debería hacerse responsable, pero está muy cómodo caminando sobre las espaldas de las madres que día a día se parten el lomo para sacar a sus hijos adelante.

Ante la violencia patriarcal del hombre abandonico y el Estado indiferente, las madres dieron un paso al frente. 

Tenemos madres que dejaron sus carreras políticas, de estudios o artísticas para ponerse a criar 24/7 y trabajar en dobles turnos o sumando emprendimientos para completar el gasto que debería ser de dos, para alimentar, vestir, educar, resguardar y brindar bienestar a uno o varios hijos.

Madres agotadas por la jornada de por si exhaustiva de criar sin pausas, más la jornada laboral, mas la jornada neni, mas la carga del trabajo doméstico no remunerado que conlleva ser una persona funcional.

Las mujeres están cubriendo cuatro jornadas laborales solas, tres de ellas sin horarios y una de ellas con salarios precarizados y discriminatorios.

¿Se preguntan porque Sheridan Mata Balderas se amarra a un poste con la mamá a quien el deudor le quitó a su hija? Por esto. Estamos hartas. Estamos agotadas. 

Estamos fúricas, rabiosas y organizadas. No vamos a permitir que nos sigan pasando por encima sin represalias. 

Nos matan de hambre a nuestros hijos, nos despluman las alas y nos entierran los sueños. 

Yo les digo desde aquí, de una vez: no sin luchar. No les bancamos más.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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