“Poemas horriblemente asquerosos” los hay, tiene razón Paco Ignacio Taibo II, y también es correcto afirmar que la cuota de género no es un valor o virtud para que algo sin calidad sea publicado. Existen miles de libros de poesía mediocres, sin fuerza, sin sintaxis, carentes de imágenes o metáforas, de hombres y mujeres. La diferencia es que, si dicen que un poemario de un hombre es fatal, no pasa nada, si lo dicen de una mujer es violencia de género y machismo. El director del FCE pronunció su criterio editorial y la cuota saltó al ataque y piden su renuncia.
Las cuotas han dañado enormemente a las mujeres, gracias a ese criterio racista y segregacionista, cuando una mujer ocupa un puesto relevante siempre queda la duda de si es por su mérito o por que se cubrió la cuota de género. En la literatura es evidente, premios exclusivos para las mujeres, temas “femeninos”, literatura “femenina”, “antologías femeninas”, en donde la constante es el cuerpo, la maternidad, la vagina etc. Es un trueque injusto de la inteligencia por el cuerpo.
En una ocasión en la mesa de novedades de Librería La Central en Madrid, estaba un libro enorme de “poesía de mujeres”, en la portada aparecía una vagina de papel, editado por mujeres. En el museo Tate de Londres una artista hizo una instalación con cientos de vaginas de papel. La cuota nos reduce a mirar antes los genitales que el cerebro. Es el retroceso a la más denigrante concepción del ser humano.
En el arte VIP todos son artistas y en la poesía sucede lo mismo, publican sus Twitters X, sus mensajes, y ya son poetas, la clave es auto incluirse en algún tipo de cuota, y les dan exposición o les publican un libro. La pelea debería ser por la calidad no por una inclusión que significa un privilegio ganado sin mérito. La obra literaria de una mujer debe ser más grande que su sexo, más grande que el oportunismo ideológico.
“Hacer un libro sobre mujeres”, o cientos de libros por mujeres tendrá la indeleble marca de una exigencia de política de equidad o de inclusión, no bajo un criterio de calidad editorial, ese es el peligro. Las escritoras que aparecieran ahí serían una exigencia ideológica. El libro será materia de estudios de género, no sería universal, en el sentido que no repercutiría en la literatura desde su aportación artística. El poder de muchas escritoras y artistas contemporáneas VIP es hacer de la auto marginación un chantaje y no aceptar la crítica.
La defensa de la cuota es mencionar grandes escritoras, que no necesitan defensa para existir, Defiendan a esas, que la cuota sabe, que piden becas, apoyos y puestos burocráticos detrás de la ideología de género. La poesía valiosa es la excepción, en hombres y mujeres, la trascendencia la define el tiempo y no es un futuro a largo plazo, ahora mismo, hay cientos de libros olvidados porque no merecen ser recordados y otros que han sobrevivido décadas y siglos, sin que la cuota los defienda, sin que hayan pedido un privilegio genital.