¿No es verdad que se cometen a cada momento excesos, abusos, tropelías e injusticias, y se cometen solamente contra los pobres, porque los ricos, al menor agravio recibido, levantan el grito hasta el cielo, y piden y consiguen reparación, como si una de las tazas de la balanza de la justicia fuese de oro fuerte y pesado, y la otra de barro débil y quebradizo?
… los procuradores de los pobres podrán quejarse de palabra o por escrito, según lo exija la naturaleza de la reparación, y las autoridades están obligadas a darles audiencia en todo caso.
Ponciano Arriaga, San Luis Potosí, México, 1847.
A lo largo de nuestra historia mexicana han existido varias instituciones defensoras de los derechos humanos.
Entre ellas, podemos mencionar a la Procuraduría de los Pobres de San Luis Potosí, creada en 1847 por Ponciano Arriaga; la Dirección para la defensa de los Derechos Humanos de Nuevo León, del 23 de diciembre de 1978; la Defensoría de los Derechos Universitarios (UNAM) establecida en 1985; la Procuraduría para la Defensa de los Indígenas y la Procuraduría Social de la Montaña y Asuntos Indígenas de Oaxaca, ambas creadas en 1986; la Procuraduría Social de la Montaña de Guerrero, creada el 29 de abril de 1987; la Procuraduría de Protección Ciudadana de Aguascalientes, establecida en 1988; la Defensoría de los Derechos de los Vecinos de la ciudad de Querétaro, creada el 22 de diciembre de 1988; la Procuraduría Social del Distrito Federal, instituida en 1989, y la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos, creada el 5 de abril del mismo año.
A nivel nacional inició con la creación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) que se fundó por decreto presidencial el 6 de junio de 1990.
El surgimiento de la CNDH se vio fuertemente criticada por la sociedad civil ya que este organismo dependía directamente de la Secretaría de Gobernación.
Posteriormente se dieron modificaciones sustanciales que garantizaron una cierta autonomía de las autoridades públicas.
Tal cual como lo expresaba Ponciano Arriaga las Comisiones deben encaminarse a ser entes defensores del pueblo, para ello hay que garantizar, por lo menos, que estos organismos tengan una real autonomía de gestión y administración presupuestaria.
Al respecto, actualmente, hay una preocupación latente en la CNDH, así lo expresa el informe que realizó el Sistema de Universidades Jesuitas en México, dado a conocer en diciembre del año pasado; el informe asienta que se observan diversos problemas al interior de la CNDH que no permite atender las diversas funciones.
Habrá que estar muy al pendiente cómo se va resolviendo este aspecto.