El Santos nos volvió a sorprender. La victoria ante León fue tan incontestable como inesperada, porque el Santos no venía arrastrando un paso convincente, al contrario, se encontraba en un limbo del cual parecía no poder salir.
Pero el futbol es misterioso y, a veces, indescifrable. Muy pocos se esperaban una victoria del Santos ante un rival que históricamente ha sido complicado para el equipo.
Vale la pena, como siempre pero ahora más que nunca, destacar la actuación de Acevedo, el mejor portero de la liga.
A casi nadie le quedan dudas de que es el mejor portero mexicano que hay, y que muy merecida tiene su convocatoria a la Selección. Acevedo evitó los goles que el León pudo haber anotado en el partido, con grandes atajadas (como ya nos tiene acostumbrados).
Eso es trabajo en equipo en toda la extensión de la palabra: cada quien hizo lo que le correspondía.
Porque mientras el resto del equipo luchó por hacer futbol (dentro de sus limitaciones), y trató de contener y de generar opciones de peligro, en el fondo su arquero hizo todo lo posible por evitar goles. Y lo consiguió.
Eso es el trabajo de equipo. Hay también un factor clave que se notó en el partido del sábado: los goles, que fueron en jugada a balón parado, de táctica fija.
Y es que hay una realidad que no es ajena para nadie: ante la falta de futbol, se debe recurrir a la táctica.
Es un caso curioso, porque el Santos ya dejó de ser uno de los peores planteles de la liga.
Sí, no se compara con los buenos planteles, pero ya no es de los peores. Aquí vuelve a surgir la pregunta ¿entonces hay o no talento en el equipo? La respuesta es doble: sí y no.
Sí porque hay partidos donde el equipo nos ha sorprendido, como en las dos primeras jornadas, ante Pumas y Toluca.
Y no porque también ha habido actuaciones que nos dejan con el bostezo inevitable.
Entonces el Santos es un equipo extremista: puede ser de lo mejor, pero también puede ser de lo peor.
Puede ser como un camaleón, que cambia de color según las circunstancias que se le presenten.
Esta vez sí se puede percibir que hubo un plan B, porque muchas veces el equipo ha demostrado que tiene un plan A, y que cuando ese plan termina fallando, el equipo hace corto circuito al no existir un plan B.
Pues bien, ahora se notó que si a través de la fluidez del juego no había resultados, entonces había que recurrir a la táctica fija, y dio resultado.
Viene un cierre interesante en donde el Santos, si logra una hazaña de victorias al hilo, podría lograr algo inesperado.
Pero eso está muy difícil de que logre materializarse.