Dejemos de pensar cosas y aspectos que no son ciertos. Uno de ellos es el siguiente: que el Santos tiene un plantel competitivo.
Ya nos dimos cuenta de que no es así.
Al inicio del torneo y tras una serie de circunstancias y hechos positivos, muchos reflexionamos que el Santos podría darnos agradables sorpresas, que tras tantas tristezas (durante ya varios torneos) volveríamos a tener alegrías. No muchas, pero si alegrías al fin y al cabo.
A los hechos me remito: el partido de presentación, ante Pumas, fue hermoso, con una victoria incontestable y un funcionamiento que hacía muchísimo no veíamos; presión alta, compromiso, dinámica eléctrica y un nivel de juego convincente. Parecía el inicio de algo prometedor.
Después vino el Toluca y se presentó en un Estadio Corona abarrotado, donde a pesar de la derrota, la afición del Santos se sintió orgullosa de su equipo porque tuvo al campeón en la lona y lo maltrató durante buena parte del partido.
Al final el Toluca terminó tumbando al Santos porque es un equipo superior, pero el Santos volvió a dar señales de que era un nuevo Santos, sano, enjundioso y que jugaba bien al futbol.
Pero tras ese inicio prometedor, el Santos se quebró, se redujo a una mínima expresión y poco a poco nos ha ido decepcionando partido tras partido. Ante Monterrey dio señales de vida, porque plantó cara a uno de los mejores planteles de México y en ningún momento se empequeñeció.
Pero luego vino el partido ante América y el Santos comenzó bien, sin ser abrumado, con posesión y buen ritmo, pero el futbol también es cruel y el Santos terminó goleado.
El Santos es como un alcohólico en rehabilitación, porque parece que mejora, que deja el vicio y de pronto viene un nuevo amanecer en su vida.
Pero al poco tiempo vuelve a caer, vuelve al vicio y cada vez de manera más lamentable; parece que no quiere recuperarse. Eso es el Santos.
Ya no tiene caso tener esperanza de que en este torneo se pueda hacer algo digno, porque ya pasaron muchos partidos, el Santos está muy abajo en la tabla, y los de la parte alta y media no parece que vayan a dejar esas posiciones.
A la afición ya poco le interesa lo que suceda en este torneo. Ya tienen más cariño e ilusiones por el equipo de beisbol.
Qué bueno por el beisbol, pero que lástima para el Santos que provocó que la afición lagunera emigrara y volteara sus ojos hacia otro deporte.
El futbol, que era el deporte rey en la Laguna, los ha decepcionado.
