Conocí al personaje, que llamaremos Juan, cuando me brindó un servicio como conductor de plataforma; durante el viaje este jefe de familia me compartió una historia escalofriante. Hechos que lo llevaron a abandonar más de 30 años de trabajo de trailero.
Una noche, mientras conducía por una autopista al norte del país, Juan fue interceptado por la rata, como se refiere a los grupos criminales que se dedican al robo a transporte de carga.
“No lo vi venir” confiesa. Y es que durante años aprendió a identificar los vehículos que suelen asaltar a los transportistas; sin embargo, esta vez fue una camioneta de lujo la que le cerró el paso.
Aunque no identificó si eran cuatro o cinco hombres con armas largas, pronto los vio tomar el volante del tráiler, mientras a él se lo llevaron a rastras a la camioneta.
Lo golpearon y amenazaron de muerte todo el camino, hasta que llegaron a un punto fronterizo con Estados Unidos. Allí lo liberaron, le devolvieron sus pertenencias y le dieron dos mil pesos para que se regresara a Puebla, con la advertencia de no prender su celular en tres horas, pues lo estarían vigilando.
Al encontrarse con su patrón, este le dijo que no le creía lo del asalto; Juan apeló a los años que había trabajado para él, casi una década. No importó.
Con menosprecio, el empresario le escupió una frase: “realmente no me importas tú, me importa mi tráiler y la mercancía”.
Desilusionado, decidió renunciar y ser conductor de plataforma.
“Tengo años huyendo de la rata”, dice, mientras cuenta que en la México-Puebla operan en tres tramos: San Marcos-Rio Frío, Tlahuapan-Texmelucan, y Texmelucan-Los Cochinitos. Revela que usan autos como Jettas y Cavaliers, con torretas clonadas de la Guardia Nacional, corporación donde no duda que haya colusión de algunos malos elementos.
Alguna vez, un guardia le dijo que lo mejor era cooperar con la rata para no perder la vida.
Lo de Juan puede parecer una ficción, pero no es un hecho aislado. En 2024 la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana calculó que cerró el año con más de nueve mil robos a transportistas en México. Cifras alarmantes que exponen la vulnerabilidad de hombres y mujeres, jefes de familia que solo quieren ganarse la vida honestamente.
Según lo veo, es hora de tomar conciencia de esta cruda realidad y exigir a nuestras autoridades medidas efectivas para garantizar la seguridad carretera.