Política

¿Primero los pobres y mejor que Dinamarca?

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Al menos 100 pacientes con cáncer del Hospital General de México han fallecido esperando tratamiento por el déficit de radioterapia en ese hospital público. No uno, ni dos. ¡CIEN!

El calvario continúa para miles de enfermos y los cientos que se van acumulando cada año. La mayoría son personas de escasos recursos y no cuentan con otro servicio de seguridad social que los respalde. No les queda de otra más que aguantarse, mientras la vida se los permita.

Una política contraria a lo que el gobierno actual y el anterior profesan como estandarte: “primero los pobres”. En este caso no son primero, son los últimos entre las prioridades.

Me cuentan que la unidad especializada en radioterapia del Hospital General de México cerró en 2021 porque el edificio tenía daño estructural desde el sismo de 2017. Lo demolieron hace un año y ya construyeron los cimientos para uno nuevo. Ahora les argumentan que no hay dinero para acabarlo.

Se requieren 440 millones de pesos para terminar de construir y activarlo. La inversión es mínima en comparación con otros gastos innecesarios del gobierno, utilizarían todo el equipo de la unidad, que tienen guardado y en buenas condiciones, y hasta ahorraría, pues cada mes desembolsa 3.5 millones de pesos en tratamientos subrogados de radioterapia.

En el Hospital General de México se podrían dar de 180 a 210 sesiones de radioterapia por día. Cuenta también con equipo de braquiterapia para pacientes con cáncer cervicouterino y de endometrio.

Actualmente son 300 pacientes en espera de tratamiento. Además hay 434 pacientes que este año ya fueron referidos a otros hospitales, sumando un acumulado de 3 mil 591 pacientes referidos desde hace 4 años.

En la unidad también se atendía a pacientes de otras instituciones públicas como el Hospital Juárez de México, Iztapalapa, Nutrición y el Hospital de la Mujer.

La radioterapia no es un lujo, es una necesidad para la mayoría de pacientes oncológicos: tumores de mama, ginecológicos, cáncer de próstata, cabeza y cuello.

Por si fuera poco, en 2022 se suspendió la residencia de radioterapia, por lo que tampoco se está formando a más médicos especialistas en el procedimiento.

Las carencias del Hospital General se suman a las que me cuentan desde otros centros públicos de salud que hasta hace unos años eran de primera. La mayoría, si no es que todos, se sostienen gracias a la entrega de sus médicos y enfermeras.

Así estamos. ¿“Mejor que en Dinamarca”?


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Alejandro Domínguez
  • Alejandro Domínguez
  • alejandro.dominguez@milenio.com
  • Periodista por pasión. Dirijo y conduzco #AlexEnMilenio L-V #22hrs. Escribo la columna #RecuentoDeLosDaños cada martes. Profesor en la Universidad Iberoamericana
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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