Un matrimonio sano no se construye a partir de que la pareja da el “sí” en el altar o firman el acta en el registro civil, empieza desde el compromiso e incluso la etapa del noviazgo.
Ante ello, en un artículo del Instituto Gottman (especializado en relaciones de pareja), la psicoterapeuta, Katie Golem, identificó cinco áreas que influyen para el bienestar y la felicidad de una pareja que recién se comprometió y busca un futuro juntas.
1. Conectar como pareja
Dedicarse tiempo mutuamente es uno de los factores clave de las parejas exitosas; más aún si se realiza antes del matrimonio.
En específico, Golem recomienda crear dichas conexiones a través del diálogo, con 20 minutos al día de pláticas de calidad y sin distracciones (como teléfonos celulares, música o la televisión).
En ese sentido, más allá de frases como “¿Qué tal te fue?” o “¿Cómo estuvo tu día?”, la doctora en psicología clínica, Ellie Lisitsa, sugiere aplicar la técnica de la escucha activa. Es decir, escuchar a tu pareja con empatía y sin juzgar.
Dicha estrategia suele ser recomendada cuando atraviesan por una discusión, sin embargo, la especialista afirma que aplicarla en las pláticas del día a día fortalece la comprensión, el apoyo, el amor y la confianza mutua. Para lograrlo, señala ocho reglas básicas de la escucha activa:
- Turnarse
- No dar consejos no solicitados
- Mostrar interés genuino
- Comunicar tu comprensión
- Ponerte del lado de tu pareja
- Expresar actitud de unidad
- Demostrar afecto
- Validar las emociones
2. La comunicación es clave
Aunque la otra persona sea tu “media naranja”, siempre habrá necesidades o deseos que aún desconozcas y los cuales pudieran surgir en etapas claves de su relación como mudarse juntos, las discusiones o las crisis del matrimonio.
Por ello es fundamental que la comunicación sea un asunto del día a día. Y esto no necesariamente significa conocer absolutamente todos secretos, traumas o inseguridades de tu pareja; más bien, a los pequeños detalles como su postre favorito, el equipo de fútbol al que apoya, su mejor recuerdo de la infancia o sus horarios de trabajo.
Sentir curiosidad por la pareja profundiza la intimidad y la amistad, y ayuda a mantener la conexión en momentos de estrés.
3. Tener sexo y hablar de sexo
Cuando se habla de sexo, no hay nada escrito en piedra. La frecuencia, los lugares, las fantasías y los momentos dependerán de la dinámica de cada pareja: un sexo saludable será aquel con el que sientan comodidad, placer, deseo y seguridad.
Así, una de las situaciones donde se recomienda tomar cartas en el asunto es la disminución no consensuada de la intimidad. Y una de las formas— que pudieran ser poco románticas o excitantes— es programar tiempo para el sexo, especialmente durante el matrimonio.
En una entrevista con MILENIO, la educadora sexual, Camila Lavalle, explicó que volver rutinario el sexo no es un “mata pasiones”. Al contrario, puede funcionar para aquellas personas cuyos modos de vida (con el trabajo, los pendientes del hogar, las deudas, etcétera) les impida pensar o tener sexo espontáneo.
“Esta creencia o mito (de que el sexo tiene que ser espontáneo) también hace que no lo tengamos porque estamos a la expectativa, esperando. Y si quieren que algo suceda, de cierta forma hay que planearlo y hacerlo una rutina, si es que se les acomoda a ambos”, dijo la también sexóloga de Joy Club. “Hay que ir calando la dinámica de pareja y a partir de ahí ver si prefieren algo más espontáneo, rutinario o planeado”.
Pero no sólo se trata de tener sexo, también de conversar sobre ello: ¿Hay necesidades y deseos que les gustaría satisfacer? ¿Ambos terminan satisfechos tras cada encuentro sexual? ¿Para qué tienen relaciones sexuales?
4. Discutir sobre las finanzas
La administración del dinero es una conversación esencial en la vida de pareja: ya sea porque piensen mudarse juntos o tener una vida en matrimonio.
En estas conversaciones debe reinar la transparencia y la confianza, especialmente respecto a sus historiales crediticios o deudas existentes. Para ello, el Instituto recomienda empezar por preguntas básicas:
- ¿Eres ahorrador o gastador?
- ¿Cómo debemos dividir las responsabilidades financieras?
- ¿Qué opinión tienes sobre la deuda?
- ¿Qué importancia tiene la riqueza para tí?
- ¿Cómo planeas financiar grandes compras e inversiones?
- ¿Cómo planificarías tu jubilación?
5. Entender que te casas con la persona tal como es, no como te gustaría que fuera
El psicólogo Dan Wile, del Instituto Gottman, lo ejemplifica con el refrán: “Al elegir pareja, eliges una serie de problemas”. Es decir, amar y aceptar a la pareja tal y como es, incluso con sus peculiaridades.
Sin embargo, en caso de haber comportamientos incómodos o situaciones sin resolver, hay que abordarlos con un diálogo constructivo y sin posturas defensivas. Al respecto, la psicóloga de parejas, Sara Becerra Robles, recomendó en conversación con MILENIO tres consejos para abordar estas conversaciones:
- Comunicación amable y respetuosa, tanto verbal como corporal
- Hacerlo en un lugar y momento adecuado
- Hablar desde la perspectiva propia sin responsabilizar a la otra parte. Un matrimonio sano no se construye a partir que la novia y el novio dan el “sí” en el altar, empieza desde el compromiso e incluso la etapa del noviazgo.
ASG