El conocimiento de la medicina ayurvédica, sistema originario de la india con más de 3 mil años de antigüedad, aseguraba que el frío desequilibraba al cuerpo, “apagando el fuego” que alimenta todos los sistemas que lo conforman.
Aunque hoy en día se tiene más conocimiento al respecto, la asociación entre las bajas temperaturas y la enfermedad persiste: de Indonesia a México, más de una persona en el mundo culpa a las bebidas heladas y las bajas temperaturas de su resfriado.
¿El frío es el culpable de que me enferme de la garganta?
La temporada de gripe y otras infecciones respiratorias generalmente comienzan en octubre y se extiende hasta marzo del año siguiente, con un pico máximo en enero y febrero, como señala la Secretaría de Salud (SSa).
De ahí que resulte común asociar al frío con este tipo de enfermedades. Sin embargo, la actividad de la influenza puede variar cada año pues las temperaturas son solo uno de los muchos factores que intervienen en los contagios.
En general, las enfermedades respiratorias como la gripe (también conocida como influenza) llegan al cuerpo mediante diferentes vías: a través del estornudo o la tos de alguien, con el contacto de una superficie contaminada. En cualquier caso el origen es el mismo: más de 200 virus asociados, siendo el rinovirus el más común, como señala el Dr. Michael Albert en un artículo para Johns Hopkins Medicine.

En este sentido, el repunte de casos durante invierno tiene diferentes explicaciones. Por ejemplo, algunas investigaciones plantean que virus como el de la gripe o el SARS-CoV-2 se transmiten más fácilmente en el aire frío.
Asimismo, algunos estudios señalan que los cambios de temperatura puede afectar la capacidad del cuerpo para combatir a los agentes infecciosos, eso sin contar que, durante los periodos de bajas temperaturas hay menos ventilación en espacios cerrados, como la oficina, casa o escuelas, lo que mantiene a los virus flotando en el aire propiciando su propagación.
El frío, junto con el viento, también resecan las vías respiratorias, lo que facilita la entrada de agentes infecciosos. De acuerdo con un equipo de investigadores de la Universidad de Yale, dirigido por la profesora de inmunobiología Akiko Iwasaki, el virus del resfriado se replicaba con mayor facilidad cuando la temperatura en la nariz descendía por debajo de la temperatura corporal central (37 °C).

Los investigadores determinaron que, a una temperatura ligeramente inferior (33 °C), las proteínas clave del sistema inmunitario (los interferones) se veían afectadas, disminuyendo así la protección.
Como aliado de los virus, el aire frío no solo ayuda a los virus a entrar al cuerpo, sino que además, contribuye a agravar algunos de los síntomas provocados por ellos, como es el caso de la tos. Esto se debe a que al entrar, contrae e irrita los tejidos húmedos de las vías respiratorias, lo que desencadena el malestar, como explica una artículo de UCLA Health.
¿Tomar cosas frías mientras tengo gripe es malo?
Existe la creencia popular de que comer helado o una paleta de hielo son la causa directa de los resfriados. Sin embargo, no hay pruebas científicas que respalden esta información.
Lo que sí se ha comprobado es que algunos alimentos fríos pueden convertirse en un agravante, pues así como el aire, irritan la garganta y otras zonas de las vías respiratorias.
En el caso del helado, el problema, más que la temperatura ( que incluso puede ayudar a aliviar de forma momentánea el malestar en la garganta) es el contenido de azúcar: de acuerdo con los autores del estudio Excessive intake of sugar: An accomplice of inflammation este ingrediente llega a causar inflamación y debilitar la capacidad del sistema inmunológico.

Finalmente, algunas investigaciones indican que el agua fría puede hacer que la mucosidad nasal se espese temporalmente, lo que puede dificultar el funcionamiento y la limpieza del sistema respiratorio.
Más allá de ser bueno o malo, el consumo de alimentos y bebidas frías puede ser beneficioso o perjudicial dependiendo de la situación. Las investigaciones han encontrado resultados positivos del consumo de helado en niños con amigdalitis: comer una porción ayudó a reducir el dolor, especialmente, después de una amigdalectomía.
Por otro lado, un pequeño estudio concluyó que la temperatura óptima del agua para los deportistas era de 16° C ya que redujo el nivel de sudoración y aumentó el consumo de agua.

¿Qué es lo mejor en caso de gripe?
Ante una gripe, los especialistas siguen recomendando las opciones calientes y saludables, como caldos o tés.
De acuerdo con diferentes investigaciones, beber líquidos calientes —especialmente caldo de pollo— puede ser útil para aliviar síntomas de congestión nasal durante infecciones respiratorias.
La mayoría de los casos de gripe puede tratarse desde casa y sin necesidad de que algún especialista de la salud intervenga.
Sin embargo, siempre existen excepciones, al respecto, Mayo Clinic recomienda acudir al médico en caso de presentar dificultad para respirar, experimentar dolor o presión en el pecho, mareos, deshidratación, convulsiones, empeoramiento de enfermedades y/o gran debilidad.
En cuanto a las medidas de prevención, la vacunación resulta clave, especialmente en la población con mayor riesgo de sufrir complicaciones.
LHM