Una parada en la gasolinera pasó de costarle mil 600 a 77 mil pesos. El combustible adulterado dañó su Jeep Wrangler 2016, que tanto cuidaba, y así Samuel comenzó su travesía por conseguir justicia.
La mañana del 15 de julio, Samuel salió de casa para dejar a su hijo en la guardería. En el camino, hizo una parada en una gasolinera en la esquina de Rafael Sanzio y Guadalupe, en Zapopan, en el poniente de la Zona Metropolitana de Guadalajara. Cargó mil 600 pesos de gasolina regular. Dejó al pequeño y, en camino a su taller, el automóvil sufrió una combustión que generó la ruptura del monoblock.
“Tuve la de malas que cargué muy temprano y mi vehículo duró funcionando aproximadamente unos diez minutos, y pues de repente reventó, eso fue lo que pasó (…) al llegar al taller, me comentaron que era producto de la gasolina”, narra.
El combustible adulterado dañó el sistema de inyección, pistones y escape; el costo de reparación asciende a 77 mil pesos, una afectación por la que nadie ha pagado.
Samuel fue a la gasolinera a reclamar, pero le dijeron que no había certeza de que la afectación hubiera sido originada por la gasolina surtida ahí, así que interpuso una queja ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), pero tampoco encontró el apoyo que buscaba.
“Te hacen perder mucho tiempo, y la respuesta nada más fue que me van a ayudar a recuperar los mil 600 pesos de mi gasolina, que es lo único que pueden hacer por mí”, lamentó el afectado.
El 5 de septiembre se llevó a cabo la audiencia de conciliación, en la que no se responsabilizó a nadie por el daño a su vehículo. “Lamentablemente no tenemos el apoyo de las autoridades, y en este caso de Profeco, que sería la institución que debería sancionar para que esto no siga sucediendo… pero esta gasolinera sigue trabajando como si nada hubiera pasado”, agrega.

Tras el decepcionante resultado, Samuel decidió hacer un peritaje por su cuenta. La empresa MRIC analizó la gasolina y concluyó que no cumplía con las especificaciones de calidad establecidas en la norma NOM-016-CRE-2016, pues excedía los valores de temperatura de destilación al 90 por ciento evaporado, así como la temperatura máxima de ebullición final y la presión de vapor. Con estos resultados, Samuel procederá legalmente.
El objetivo de Profeco es conciliar, no sancionar
Las audiencias de Profeco no funcionan para exigir una reparación del daño. Aunque pueden sancionar, su objetivo es conciliar, aclaró Marco Antonio Romero Nolasco, director de la procuraduría en Guadalajara, en entrevista con MILENIO.
“Que se concilie propiamente, el consumidor viene con el tema de ‘oye, se dañó el vehículo’, se dañó específicamente algún componente, y en base (sic) a eso llega el proveedor, ofrece algún tipo de reparación o algún tipo de compensación económica.
"Cualquier situación que se pueda presentar dentro de la audiencia de conciliación, sea de orden monetario, sustituciones, reparaciones, cualquier tipo de elemento que pueda ayudar a la conciliación, nosotros lo tenemos satisfecha la reclamación del consumidor”, dijo el funcionario.
En caso de demostrar que la gasolinera suministró combustible adulterado, Profeco puede clausurar, pero no es tan sencillo:
“Hablar de una clausura, pues estaríamos cayendo conforme a lo que marca la Ley Federal de Protección al Consumidor, en faltas estrictamente graves, constantes, repetitivas del mismo proveedor; sí tenemos esa facultad, pero habría que reunir ciertos requisitos de fondo para poder llegar a ese alcance”.

¿Cómo daña el huachicol a un automóvil?
Un automóvil con gasolina adulterada comienza a perder fuerza. “Puede dañar los inyectores, inclusive puede no arrancar. ¿Qué es lo que va a pasar? Va a contaminar el filtro de combustible, va a dañar la bomba de combustible y va a ensuciar todas las tuberías”, explica José Antonio Pérez Lomelí, mecánico con 33 años de experiencia.
Comparte que el año pasado, durante el temporal, en una misma semana recibió cuatro vehículos afectados por gasolina adulterada en su taller de la colonia Moderna, en Guadalajara. Este año, ha atendido entre uno y dos vehículos por mes.
Si el propietario del auto detecta alguna anomalía luego de cargar gasolina, lo mejor es apagar el automóvil para evitar daños mayores. “Si se utiliza fallando, puede haber un daño de la válvula del motor que requiera levantar esa parte del motor para repararla”.
José Antonio precisa que lo más común es que la gasolina sea rebajada con gasolina blanca, aditivos e incluso agua, para hacerla rendir más y obtener mayor ganancia.
Gasolineras con huachicol no es un problema aislado
Una solicitud de información hecha por MILENIO revela que, del 1 de enero al 31 de julio de este año, la Oficina de Defensa del Consumidor Zona Metropolitana Guadalajara recibió ocho quejas “por negativa a pago por pérdidas o deterioro a consecuencia del uso del producto y deficiencia en la reparación, relacionadas con la compra de gasolina”.
De acuerdo con el titular de Profeco, todas las reclamaciones que reciben en esta materia culminan a favor del consumidor.
“Independientemente de la cuestión individual de cada tema, al momento del procedimiento de la audiencia prácticamente todas las reclamaciones que han venido con nosotros han concluido de alguna manera a satisfacción del consumidor; viene el proveedor y hay algún tipo de acuerdo de orden monetario, de reparación, etcétera, pero se han solucionado aquí”, detalló.
En las ocho quejas se realizaron audiencias de conciliación, aunque solamente en tres se resolvieron a favor del consumidor y se concluyeron como conciliadas.
Los ocho ciudadanos afectados por gasolina adulterada reportaron a siete gasolineras ubicadas en Guadalajara y Zapopan: Carretera a Nogales, colonia San Juan de Ocotán, Zapopan; Avenida Vallarta Poniente, colonia Arcos Vallarta, Guadalajara; Calle Pintores, colonia Jardines de Guadalupe, Zapopan; Avenida López Mateos, colonia Miguel de la Madrid, Zapopan (dos quejas); Carretera a Chapala, colonia Álamo Industrial, Guadalajara; Calzada Lázaro Cárdenas, colonia Álamo Industrial, Guadalajara; y Rafael Sanzio, colonia Arcos de Guadalupe, Zapopan.

Falta de denuncias hacen más difícil la justicia
Para el profesor investigador en Justicia y Derecho de la Universidad de Guadalajara, Rubén Ortega Montes, la autoridad debería ser más estricta al sancionar a las gasolineras que vendan combustible adulterada, pues no solo representa una afectación a los bolsillos del ciudadano, sino también un riesgo para su integridad.
“Esto nos indica que no se está realizando un trabajo real, un trabajo ético, un trabajo objetivo por parte de la Procuraduría Federal del Consumidor ni por todas y cada una de las dependencias que deben estar regulando la calidad de todos los productos flamables”, sentenció.
Samuel hizo público su caso en un video difundido en redes sociales. Fue así como otros ciudadanos afectados salieron a la luz y externaron que también habían sido víctimas de combustible adulterado en la misma gasolinera; sin embargo, prefirieron no denunciar por miedo a represalias.
“Se les hacía raro que era yo la única persona a la que le había pasado. Desafortunadamente fueron muchas personas, pero tristemente no se animan a hacer una denuncia por los malos tratos en Profeco, por amenazas incluso de las mismas gasolineras y cosas por el estilo”, señala Samuel.
A decir del experto, en todos los delitos existe la cifra negra, y la falta de denuncias impide conocer la gravedad de la situación y que estos comercios enfrenten sanciones severas.
“Lo que debe de ocurrir aquí es ingresar la coordinación entre autoridades estatales, federales y municipales, y clausurar este tipo de negocios por la más mínima afrenta que le hagan a cualquier ciudadano, y que la autoridad entonces empiece a velar por cada ciudadano”, afirma.
Mientras tanto, los automovilistas quedan indefensos ante la mala práctica de gasolineras que buscan generar más ganancias con combustible adulterado, y continúan operando con la certeza de que el delito lo paga la ciudadanía.
OV