El agotamiento o burnout, es un síndrome psicológico que conduce a la erosión del compromiso de un trabajador con su trabajo debido a la exposición a largo plazo a un trabajo emocionalmente exigente. Es una condición observada predominantemente entre aquellos en las profesiones de servicio, como sociales y de salud, donde las interacciones directas, frecuentes e intensas con las personas son comunes y donde los resultados del trabajo no dependen completamente de las acciones del trabajador. El agotamiento se conceptualiza comúnmente como si tuviera tres dimensiones constitutivas. Primero, el agotamiento emocional, es un vacío casi literal de la energía del trabajador debido a las exigencias del trabajo.
Puede manifestarse como “fatiga de compasión” o la tendencia a distanciarse, cognitiva y emocionalmente, de su trabajo cuando se dan cuenta de que no pueden seguir dándose a los clientes y compañeros de trabajo. En esencia, es una respuesta de afrontamiento a la sobrecarga de trabajo. El segundo es la despersonalización, marcada por una indiferencia emocional o cinismo que se manifiesta como indiferencia o actitudes y comportamientos disfuncionales hacia los clientes y/o proveedores; a menudo es una respuesta protectora al agotamiento emocional. El componente final del agotamiento, la disminución de la realización personal, es la erosión del sentido de eficacia personal del trabajador, lo que genera un sentimiento de impotencia y la tendencia a evaluarse negativamente. Esto puede manifestarse como alguien que no completa las tareas asignadas o como un empeoramiento de la autoestima profesional. El agotamiento emocional generalmente se considera necesario para que se diagnostique el burnout, los otros componentes pueden ocurrir en paralelo, secuencialmente o no ocurrir en absoluto.
El término burnout implica que algo que alguna vez estuvo presente se ha “quemado” y que la persona que sufre de burnout ha perdido su capacidad de compromiso, eficacia y energía, este no es el caso. El agotamiento es extraordinariamente común entre los proveedores de atención médica, con estimaciones de prevalencia que oscilan entre 25 y 70%. La mayoría de los proveedores experimentarán agotamiento en algún momento de sus carreras, a menudo varias veces. El agotamiento, para la mayoría de los proveedores, es un estado temporal. Por esta razón, algunos investigadores sugieren que busquemos un término diferente, más descriptivo, que no implique una situación tan drástica e insalvable. Los factores de riesgo conocidos para el agotamiento se pueden dividir en factores relacionados con el trabajo, factores demográficos, factores relacionados con el estrés de la vida y factores psicológicos o temperamentales.
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