La Ciudad de los Ángeles, fundada el 16 de abril de 1531 en el valle de Cuetlaxcoapan y Huitzilapan, se acerca a sus primeros 500 años.
Se ha insistido en que se trata de la primera urbe de y para españoles en América; si bien la mayoría de los registrados en un censo de 1534 era de la Península Ibérica, algunos estaban casados con “mujeres de la tierra” y, cabe inferir, pues sólo fueron registradas como “familias” sin indicar el número de hijos, que ya los tenían o los tendrían pronto.
Así, la Ciudad de los Ángeles tuvo sus mestizos muy rápido, aunque no fueron los primeros en el continente.
Con el tiempo, los habitantes negros crecieron exponencialmente en la antigua Cuetlaxcoapan. Alicia G. Blackal afirma en su libro Historias no escritas. Judíos en México, que los alrededores de la ciudad “cundían” de hebreos, lo mismo que el resto de la Nueva España.
Convivieron esos primeros mestizos de españoles y “mujeres de la tierra”, con naturales, principalmente de las poblaciones de Tlaxcala y Cholula, pero también de Huejotzingo, Calpan, Totimehuacan, Tepeaca, Tecamachalco y de algunas de la actual capital del país.
Ellos llamaban al sitio Cuetlaxcoapan en náhuatl, y en español Ciudad de los Ángeles. Aún hoy, pobladores de Tochimilco, siguen nombrando así a la Angelópolis.
Una mujer de esa comunidad, donde no hablan español, sólo nahua, llamó hace menos de cinco años a la capital poblana Cuetlaxcoapan, a la que viene extraordinariamente. Puebla, para ella no es la urbe.
Hoy son de la cuatro veces heroica Puebla de Zaragoza —incluyendo su zona metropolitana— comunidades nahuas, mixtecas, totonacas, otomíes, ngi-iva, mazatecas y de otros pueblos originarios.
Y es igualmente fuerte la presencia de las colonias libanesa, alemana, francesa, italiana, norteamericana, española, argentina o centroamericanos, con pequeños, o no tanto, grupos de japoneses, chinos, coreanos, rusos, entre otros; y, por supuesto mestizos.
¿Cómo vamos a celebrar, todos juntos en el año 2031 el medio milenio de una ciudad extraordinaria?