En México, está visto que los ciudadanos se conforman con poco; estos seis años el país habrá crecido 1.1%, eso es muy poco para una nación con tantas necesidades y tanto potencial, pero al mexicano parece no importarle. ¿Qué nos pasa, así somos todos?, yo diría que por supuesto que no. Pero lo que sí es cierto es que este crecimiento tan mediocre de la economía mexicana en este sexenio, así como en los anteriores, donde no hay nada que festejar, obedece no a que los mexicanos seamos tontos o flojos, obedece a que nuestros gobernantes en los últimos 55 años han tomado decisiones económicas equivocadas, ya sea por cuestiones Ideológicas o de otro tipo. Los políticos mexicanos no han podido generar políticas públicas que alienten el crecimiento. En esto tiene mucho que ver la corrupción y el derroche de recursos públicos que ha existido.
Los números hablan, México en 55 años no pudo recuperar los crecimientos de la época del desarrollo estabilizador que tuvimos en las décadas de los 50s y 60s, en esos años crecíamos a 6%, la inflación era de 2% y la tasa de interés estaba sobre niveles de 8%; crecía el ahorro, la inversión, la deuda era pequeña, los déficits comerciales y en cuenta corriente estaban muy bien controlados y nuestra moneda permanecía estable desde 1954, donde se cotizaba en 12.50 pesos por dólar.
El Secretario de Hacienda desde 1958 fue Don Antonio Ortiz Mena, en Banco de México estaba otro gran personaje que fue Don Rodrigo Gomez; pero en 1970 entró a la Presidencia de la República Luis Echeverría, este personaje de triste memoria, cambió las reglas establecidas por su antecesor y quebró a México al pretender que el Gobierno Federal fuera rector de la economía y desarrollo nacional. Con un nacionalismo absurdo dejó endeudada y en ruina a la patria; su sucesor José López Portillo, fue más lejos dejando al país en la peor crisis financiera de su Historia.
De 1982 a la fecha han pasado 42 años, y por razones también de carácter político, el país no ha logrado despegar; sí se ha avanzado mucho --somos la economía número 13 del mundo--, pero la mitad de nuestra población vive en algún grado de pobreza y se ve claro que esa mitad permanecerá ahí por muchos años más, ya que todos los recursos que asigna el gobierno a los pobres únicamente sirven para que sigan sobreviviendo en ese rango, pero no para que progresen a mejores niveles de vida.
El gobierno saliente invirtió enormes sumas de dinero en la población más vulnerable, pero lo único que sí es de aplaudir son los apoyos para adultos mayores, los demás programas únicamente han sido un desperdicio de recursos. Esto es lógico cuando tenemos a un presidente que apoya la mediocridad y critica a todos aquellos que quieren superarse etiquetándolos como aspiracioncitas, o sea, les está diciendo que no busquen oportunidades ni mejores niveles de vida, que se conformen con lo que tienen; tampoco existen programas para que la población se supere. Ojalá y esta nueva administración de un giro para impulsar el crecimiento y el desarrollo económico, y que le proporcione a quien no tiene, los medios para obtener una educación mejor. Dar educación de calidad a todos los niveles es una obligación del Estado, y no gastar el dinero sembrando arbolitos.