Política

Se solidariza Claudia con dictadores

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Antier, cuando The New York Times publicó que México podría ser objetivo de ataques como los lanzados por la flota estadunidense contra supuestas narcoembarcaciones procedentes de Venezuela, la presidenta Claudia Sheinbaum cometió la imprudencia de solidarizarse con las dictaduras de Nicolás Maduro, Miguel Díaz-Canel y la dupla Daniel Ortega-Rosario Murillo.

Para el gobierno de Trump, recuérdese, el venezolano es narcoterrorista, lidera una violenta organización que contrabandea drogas y por su captura ofrece 50 millones de dólares.

Le dijeron a la mandataria que en un evento de solidaridad con Cuba se dijo que en la próxima Cumbre de las Américas, a celebrarse en República Dominicana, no se invitó, o fueron excluidos, Cuba, Venezuela y Nicaragua.

—¿Tendrá usted alguna posición al respecto? Y también preguntarle si usted asistirá a esa Cumbre de las Américas.

—No, no voy a asistir —cortó.

—¿Habrá representación de México?

—Es lo que estamos viendo, a ver si habrá alguien de cancillería que pudiera ir, pero en lo personal nunca estamos de acuerdo con que excluya a ningún país…

La negativa y el pretexto delatan una reprobable solidaridad con regímenes aviesamente autocráticos, lo que contraviene los compromisos internacionales del Estado mexicano con los derechos humanos y la democracia.

En abono del pesimismo, Reuters informó ayer que el gobierno estadunidense, en su guerra contra las drogas, ha revocado sus visas a medio centenar de políticos que militan en Morena y a decenas de funcionarios de otros partidos vinculados con el crimen organizado.

Earl Anthony Wayne, embajador de EU en México entre 2011 y 2015, dijo a la agencia inglesa que “la administración Trump está encontrando nuevas maneras de ejercer más presión sobre México”.

Similar camaradería de Sheinbaum con los déspotas dispensó Andrés Manuel López Obrador, quien hasta condecoró a Díaz-Canel y le otorgó el privilegio de ser orador el 16 de septiembre de 2021, pese a que dos meses antes (11 de julio de ese año), reprimió las marchas de cientos de miles de cubanos clamando por libertad, alimentos y medicinas. El tirano convocó “a todos los revolucionarios del país, a todos los comunistas, a que salgan a las calles, La orden de combate está dada”, arengó, y sus fanáticos apoyaron a policías y soldados a reprimir con palizas la mayor protesta en 60 años.

Apenas en abril pasado, el Grupo de Expertos en Derechos Humanos de la ONU sobre Nicaragua determinó que los Ortega-Murillo, utilizando a ministros y agentes de las fuerzas de seguridad, ejerce una “represión sistemática y generalizada” contra sus gobernados, lo que de acuerdo con el derecho internacional constituye “crímenes de lesa humanidad”.

El respaldo de Sheinbaum al trío de opresores, a pocos días de haber desdeñado a la venezolana María Corina Machado y su Premio Nobel de la Paz, es por demás insensato.

Ojalá explique lo que tiene en común con la sanguinaria trinca infernal…


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Carlos Marín
  • Carlos Marín
  • cmarin@milenio.com
  • Periodista con 55 años de trayectoria, autor del libro Manual de periodismo, escribe de lunes a viernes su columna "El asalto a la razón" y conduce el programa del mismo nombre en Milenio Televisión
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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