En los últimos años han nacido varios unicornios en México. Ahora están amenazados, algunos incluso de muerte. Una de las mejores noticias que hemos tenido en el país recientemente es la ola de nuevas empresas de tecnología que han venido a transformar industrias. Han surgido decenas de fintech y de comercio electrónico, por ejemplo. Los beneficios de esta tendencia han sido amplios: desde ofrecer mejores productos y servicios a los consumidores hasta crear una pujante cultura emprendedora en el país.
A las startups más exitosas, aquellas empresas privadas que han alcanzado valuaciones por encima de mil millones de dólares, se les denomina unicornios. En México se han creado varias. El problema es que la tormenta que está vapuleando actualmente a los mercados financieros internacionales ha puesto en peligro su estatus.
Utilizando parámetros de valuación de empresas públicas, varios unicornios que nacieron en años pasados dejarán de serlo. Tomemos el caso de Bitso, una plataforma digital mexicana para comprar y vender criptomonedas. Llegó a valer 2.2 mil mdd en su última transacción privada. Una métrica que se utilizó para llegar a esta valuación (y que se utiliza para valuar todo tipo de empresas privadas) fueron los múltiplos a los que cotizaba Coinbase, una empresa pública de EU similar a Bitso (pero más grande).
Lo mismo se hizo para valuar Kavak y Clip, otros dos unicornios mexicanos. El primero alcanzó una valuación de casi 9 mil millones de dólares en la última ronda de capital y es considerado como el caso más emblemático de éxito emprendedor en México. Las empresas públicas que se utilizaron como referencia (ambas gigantes estadunidenses) fueron Caravana y Block (antes llamada Square).
Resulta que las acciones de las tres empresas comparables que cotizan en bolsa en EU y que sirvieron de referencia para obtener la valuación de los unicornios mexicanos se han desplomado. Las tres se han ajustado entre 70 y 90%.
Bajo esta nueva realidad, si aplicamos los múltiplos actuales de Coinbase, Caravana y Block a Bitso, Kavak y Clip, las empresas mexicanas ya no serán unicornios. Bitso, por ejemplo, estará valuada en 400 millones de dólares. Cabe mencionar que esta misma situación la están viviendo unicornios (y todo tipo de empresas públicas y privadas) en todo el mundo.
Esto no significa que oficialmente se haya reducido el número de unicornios en México. Las valuaciones de las empresas privadas se basan en la última entrada de capital, por lo que si no han recibido dinero nuevo no tendrán que dejar de considerarse unicornios. Y los tres aquí mencionados parecen no necesitar recursos en el corto plazo, por lo que su etiqueta de unicornios puede estar a salvo por el momento.
Además, así como han bajado las acciones de las empresas públicas pueden volver a subir. Los unicornios mexicanos pueden estar en peligro, pero si algo han demostrado es su capacidad de salir adelante.
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