Política

Qué diablos pasa con los (feminicidios) hombres en México

  • Afinidades Selectivas
  • Qué diablos pasa con los (feminicidios) hombres en México
  • Héctor Zamarrón

Escuchar audio
00:00 / 00:00
audio-waveform
volumen-full volumen-medium volumen-low volumen-mute
Escuchar audio
00:00 / 00:00

Hay enojo, furia incluso, mezclada con una sensación de impotencia y miedo a partir de la desaparición y muerte de Debanhi Susana Escobar, la joven de 18 años que salió a una fiesta y nunca volvió a casa.

¿Qué diablos pasa con los feminicidios en México?, preguntan en muchas partes, pero esa interrogante bien podría plantearse de otra forma, la pregunta podría ser: ¿qué diablos pasa con los hombres en México?

Sí, con los hombres, porque nosotros somos el principal problema, no los feminicidios ni las desapariciones, ni la trata, ni la prostitución, porque si algo tienen en común todos esos crímenes en el país es que son perpetrados por hombres. No son sino consecuencia de la sociedad que hemos creado y reproducimos todos los días.

Solemos decir que quienes abusan son “monstruos”, pero la realidad es que son personas perfectamente normales, al menos parte de esa “normalidad” que reina en nuestra sociedad machista y patriarcal. Son los tíos, los cuñados, sobrinos, padrastros y hasta el primer círculo de hombres en la familia, los padres y abuelos. Pensamos que se trata de una excepción, que la mayoría somos “buenas” personas, incapaces del abuso, pero los números indican lo contrario.

Cuando aparece un violador o asesino serial es muy fácil para la prensa ubicarlo como el fenómeno y etiquetarlo para ser blanco fácil del repudio y la ira social, pero se trata más bien de hijos ejemplares del patriarcado, formados en la prostitución, la pornografía y el machismo.

Un feminicidio es la expresión extrema de la violencia contra la mujer, esa que inició con los piropos en la calle, con la pornografía, con una educación sexual represiva y castrante, con la persecución del aborto, con el abuso jurídico, económico y social en contra de las mujeres, con esa visión impulsada por los medios masivos y la iglesia católica del amor romántico separado del sexo.

Sí es el Estado el responsable principal, pero el Estado no es solo quien gobierna, el Estado somos todos. Formamos parte de la sociedad que engendra a estos criminales y su camino empieza con bromas inocentes que terminan por naturalizar el abuso y empoderar a hombres que piensan que es “natural” ejercer violencia en contra de las mujeres, en primera instancia, pero también contra toda forma de diversidad sexual, por eso los asesinatos de prostitutas y mujeres trans, por ejemplo.

La demanda de justicia es acertada pero insuficiente, no basta con policías y jueces. Encontrar y castigar a un responsable no basta para lograr la garantía de no repetición.

Falta transformar de raíz este sistema patriarcal que fomenta y reproduce el machismo, esa creencia de falsa superioridad de los hombres por encima de las mujeres y que resulta propio del sistema capitalista. Para ello hay que echar mano de la sociología, la antropología, la etnología y la sicología, sí, de esas ciencias sociales que durante tantos años fueron menospreciadas.

Héctor Zamarrón

hector.zamarron@milenio.com

@hzamarron


Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.