Por alguna razón me acordé de esta historia el fin de semana pasado.
El 5 de septiembre de 1986, Jacobo Zabludovsky se despidió del noticiero 24 Horas.
Sí, sé que no es parte de la historia oficial de la televisión mexicana, pero si van a la hemeroteca y revisan las comunicaciones de esos meses, verán que no miento.
Regreso al cuento: meses antes, Emilio Azcárraga Milmo había tenido que dejar la presidencia de Televisa en manos de Miguel Alemán Velasco. Algunos dicen que, de esa forma, mataba dos pájaros de un tiro: iba a pelear por el control de Spanish International Network -a la postre, Univisión- y calmaba las aguas ante el enojo del gobierno de Miguel de la Madrid quien había enfurecido luego que los micrófonos de Televisa habían captado la magna rechifla recibida en el Estadio Azteca dentro de la inauguración de la Copa Mundial de Futbol México 86.
Como fuera, Azcárraga necesitaba aliados en su aventura americana y el primero que convocó fue Zabludovsky.
De un día para otro se supo dentro de Chapultepec 18 la salida. La noche de septiembre 5, Jacobo se despidió e hizo el anuncio de la integración de Lolita Ayala y Abraham Zabludovsky a la conducción del noticiero nocturno. Rita Ganem hizo mensaje en voz en off en reconocimiento a su jefe y, luego, hubo unos abrazos frente a cámara como muestra de afecto. En la despedida, el periodista anunció que se retiraba para crear la Empresa de Comunicaciones Orbitales, ECO, donde realizaría un comentario de cinco minutos al día y una serie de entrevistas con presidentes latinoamericanos.
La realidad fue severa con los planes. Jacobo nunca pudo consolidar ECO en los Estados Unidos, el personal de noticias de Univisión se rebeló a su designación como director por considerarlo cercano al poder y sesgado. De hecho, varios de ellos renunciaron y se fueron para conformar una competencia a lo que, entonces, era la única alternativa televisiva hispana: Telemundo.
En México, las cosas fueron peores. 24 Horas sin Jacobo fue un fracaso de rating y ventas y la grilla interna fue tremenda. Los equipos de Zabludovsky -comandados por su hijo- y Guillermo Ochoa -nombrado director de noticias por Alemán- terminaron por colisionar hasta la cancelación del noticiero nocturno el 31 de diciembre de 1986. La noche del jueves 1 de enero, Televisa lanzó el informativo “Nuestro Mundo”, conducido por Ochoa, Ana María Lomelí y Antonio de Valdés.
No duró mucho. Las ventas se precipitaron y el público huyó. El mote de “Dormimundo” se hizo común en Chapultepec 18. La respuesta fue fulminante y mató, otra vez, dos problemas: sacar a Jacobo del caos en Miami y recuperar la audiencia nocturna.
El 23 de marzo de 1987, 24 Horas regresó al horario de las 10:30 de la noche. En un formato corto, Zabludovsky se convirtió en un conductor de hard news para que, a las 23 horas, llegará Guillermo Ochoa con una versión frívola de “Nuestro Mundo”.
Ambos con el título de Director de Noticias de Televisa.
Unos meses después, Ochoa recuperó su espacio de las 7 de la mañana, a donde retornó con Toño de Valdés.
Parecía que todo era normal. Ochoa mandaba en su espacio y Jacobo en todo lo demás, por lo que la calma chicha era un sotto voce dentro de la televisora.
Calma que permaneció hasta octubre del 88.
Luego de la elección de Carlos Salinas, Televisa decidió que el territorio para crecer informativamente era hacia fuera de México. Lanzó ECO como sistema permanente de noticias en septiembre y, apenas terminaron los olímpicos de Seúl, llenó la pantalla del Canal de las Estrellas con segmentos de ECO.
Ochoa quedó tragado por el cambio, su programa regresó a llamarse Hoy Mismo y redujo su horario a dos horas, como era a todos los conductores del proyecto.
Le dejaron independencia editorial, pero solo en el papel. Dicha independencia se rompió en enero del 89.
El día 10 del primer mes del 89, Joaquín Hernández Galicia fue detenido en Ciudad Madero acusado de varios delitos, incluido el homicidio de un agente del Ministerio Público.
Guillermo Ochoa no estaba en México esos días. Regresó para conducir la mañana del 13 con una propuesta: retransmitir una entrevista realizada a “La Quina”, donde el líder petrolero cuestionaba a De la Madrid, Salinas y al PRI.
El gusto duró poco. La tarde de ese viernes 13, Ochoa fue despedido de Televisa. De nueva cuenta, mataban dos pájaros: arreglaban el enojo de Salinas -y su Secretario de Gobernación- y acabar con un problema editorial.
La mañana del sábado 14 de enero de 1989, Emilio Azcárraga citó a una junta a todo el personal de ECO para : “solo hay un director de ECO, y el director de ECO es Jacobo Zabludovsky”.
Ochoa consiguió trabajo en radio en ACIR, regresó a Televisa ocho años después.
Por alguna razón, esta semana me acordé de esta historia de televisión.