¿Cuándo alguien se ha dejado de preocupar porque le digan: tú no te preocupes?
Florestán
Al inicio de su gobierno, López Obrador se comprometió a limpiar las aduanas porque decía, y con razón, que eran nidos de corrupción por donde entraba todo. Así, el 17 de julio de 2020 anunció que pasaban, con los puertos, a cargo de la Secretaría de Marina del almirante Rafael Ojeda.
En octubre publicó el decreto por el cual esa dependencia asumía el control oficial en accesos, inteligencia, contrabando, huachicol, drogas, armas, corrupción y seguridad de todos los puertos y el 14 de julio desapareció la Dirección General de Aduanas y creó la Agencia Nacional de Aduanas de México, ANAM.
Así, para el segundo año de su gobierno el sistema nacional aduanero pasó de estar en manos de civiles, vía el SAT, a estar en manos de la Marina, ojo, bajo supervisión de la Presidencia.
Antes de eso tuvo dos primeros directores: Ricardo Peralta Saucedo, 1 diciembre 2018-23 de marzo 2019, y Ricardo Ahued, 23 de mayo 2019-28 de abril 2020, cuando llegó Horacio Duarte, al que le tocó la transición y el 12 de octubre de 2022 lo sucedió Rafael Marín Mollinedo, a quien el 21 de junio de 2023 relevó André Georges Foullon, quien saltó el sexenio hasta el 16 de febrero, cuando regresó el actual, Marín Mollinedo.
El director de ANAM reporta rectamente los temas fiscales y de recaudación al secretario de Hacienda. La parte de Marina la encabeza el titular de esa dependencia, que tiene el mando operativo de puertos y aduanas marítimas, aeroportuarias y algunas terrestres.
Bajo este esquema jerárquico se manejaron las aduanas en el gobierno pasado cuando se formó la mayor organización del crimen organizado de contrabando y distribución de combustible de que haya registro y, en forma inédita, con dos altos cargos de Marina a la cabeza: el vicealmirante Manuel Roberto Farías y su hermano Fernando, contralmirante y prófugo, ambos sobrinos políticos del entonces titular de Marina, descubierta y perseguida por el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
A ver hasta dónde llega.
RETALES
1. MAGNITUD. Yo aún me resisto a creer que López Obrador tuviera conocimiento de estas dimensiones, pero repetía que el presidente sabe todo, todas las transas. Pero al menos un cercano estaba más que al tanto;
2. GRITO. El lunes será el primer Grito de una presidenta de la República. Claudia Sheinbaum se terciará la banda, recorrerá los salones de Palacio acompañada de su marido y ella sola saldrá al balcón a pronunciar la arenga, lo nunca visto; y
3. IGUALDAD. Hoy son 13 las mujeres que gobiernan igual número de entidades de las que en 2027 ocho tendrán elecciones, seis de Morena, Baja California, Campeche, Colima, Guerrero, Tlaxcala y Quintana Roo, y dos del PAN, Aguascalientes y Chihuahua. Solo en Ciudad de México se ha dado el caso de que una mujer suceda a otra: Clara Brugada a Claudia Sheinbaum.
Nos vemos el martes, pero en privado