Todo lo que tiene que ver con el huachicol fiscal se ha convertido en una fiesta loca. De acuerdo con un documento de inteligencia de la Secretaría de la Defensa Nacional que puede encontrarse entre los correos hackeados por los activistas del caso conocido como Guacamaya Leaks, esta red no sólo corrompía a los marinos a cambio de permitirle saquear combustible y otros productos de las instalaciones de Pemex. El grupo de La Hormiga también corrompía a personal de la Guardia Nacional y de la Sedena con cantidades de 5 mil pesos, además de mantener contactos en la delegación de la Fiscalía General de la República en Comalcalco, con un sujeto conocido como Serfín.
Todo esto lo ha leído Gil en su periódico El Universal en una nota de Alejandra Canchola. Según el documento, los cómplices en los ministerios públicos se encargaban de hacer desaparecer las denuncias en contra de la red, mientras que los elementos del Ejército y de la Marina coludidos le permitían entrar a las instalaciones de Pemex. Madre de Dios, como decía la progenitora de Gil.
“Mediante el seguimiento técnico de La Hormiga se infiere que, en colaboración con El Lanchero, obtiene diésel y gasolina de manera ilícita de los barcos que desembarcan en la plataforma de Dos Bocas, Paraíso, Tabasco. Lo realiza en alianza con diferentes capitanes a cargo [y con] el apoyo de autoridades”.
O sea, robo a mansalva en Tabasco y cercanías, la patria chica del corazón que no es bodega del hombre de Palenque.
Color de 'Hormiga'
El documento contiene intervenciones a las comunicaciones de La Hormiga y sus socios, referencias a quiénes son sus cómplices y quién es su familia, así como el papel que juegan en el negocio ilícito. En agosto de ese mismo año, Elder Rodríguez Torres fue detenido por el presunto delito de almacenamiento ilícito de petrolíferos y posesión de cartuchos de uso exclusivo para las Fuerzas Armadas. Qué gran desmadre incontrolado, o controlado (¿así se dice?).
Según relatan elementos de inteligencia de la Sedena en su informe, la red criminal de La Hormiga incluía a dos colaboradores de segundo nivel: las autoridades de la FGR, de la Marina y la Defensa Nacional corrompidas y su socio El Lanchero, con quienes coordinaba la extracción de hidrocarburo desde las instalaciones de Pemex en lancha para llevarlas a tierra. Oigan, por cierto, qué bonito es Palenque.
“Obtiene diésel y gasolina de manera ilícita de los barcos que desembarcan en la plataforma de Dos Bocas, Paraíso, Tabasco. Lo realiza en alianza con diferentes capitanes a cargo; asimismo, el producto obtenido lo traslada en lanchas mayormente propiedad de El Lanchero hacia el río para después ser trasladado en camionetas hacia sus bodegas que, presuntamente, se encuentran en ‘la casa morada’, actividades que realiza a partir de las diez horas, aproximadamente”.
El Lanchero comandaba al menos a cinco capitanes de lanchas en la zona: La Gordo, El Chilo, Vacal, Layón y El Negro. Ellos y los ocho “repartidores” en tierra fueron catalogados en el documento de la Sedena como “colaboradores de tercer nivel”. Los ocho “repartidores” en tierra se encargaban de distribuir el hidrocarburo a gasolineras y otros eran los encargados de un punto fijo de venta.
Novedades
Gil no da pie con bola. Esto es una cosa incomprensible aunque comprensible. No sólo el huachicol en su modalidad de robo de combustible, sino también la evasión de impuestos por el contrabando de hidrocarburo es parte del escándalo que sacudió en las últimas semanas a la Secretaría de Marina.
Y con la novedad de que Paraguay ha expulsado a Hernán Bermúdez Requena de su país. A nosotros no nos quemen con su papa caliente. Los colegas que pensaban, como Gil, que se llevarían meses los trámites de extradición se han llevado una sorpresa, como Gamés.
Gil quiere ver cómo viene la mano: a Hernán Bermúdez Requena, en el tambo, se le interroga, Adán Augusto López suda frío. Por cierto, ¿sí o no es muy bonito Palenque?
Todo es muy raro, como diría el refrán: “no hay ladrón que no sea desconfiado”.
Gil s’en va