Política

Capitolio

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Gil leyó con los ojos de plato y plata: “Pues es de dominio público lo que sucedió ayer en el Capitolio. Nosotros siempre hemos actuado con respeto a la política interna de otros países, así lo establece nuestra Constitución, son principios de política exterior la no intervención, la autodeterminación de los pueblos. No vamos nosotros a intervenir en estos asuntos que corresponden resolver, atender a los estadounidenses, esa es nuestra política. Eso es lo que puedo comentar”.

Gil caminó sobre la duela de cedro blanco y meditó: todo muy bien, pero despejen las dudas de Gilga: traer a Evo Morales en un avión de las fuerza armada mexicana, ¿no es intervenir en la política de otro país?; ofrecer asilo a Assange, ¿no significa fijar una posición e intervenir en la política de otro país? Entonces, ¿esa política internacional no está un poco rara?

El Presidente: “Siempre es muy lamentable el que se pierdan vidas humanas, en eso sí podemos expresarnos. Siempre hemos buscado que todos los conflictos —y esto aplica para política exterior y para política interna— se resuelvan mediante el diálogo por la vía pacífica. La Constitución establece en conflictos internacionales la solución pacífica de las controversias y esto pues también debe ser norma en lo interno. Por lo demás, no tomamos postura. Deseamos que siempre haya paz, que prevalezca la democracia, que es el poder del pueblo y que haya libertades, eso es todo”.

Gil empezó a ponerse nervioso, ¿no tomamos postura? ¿No condenamos un asalto al Capitolio para impedir la toma de posesión de quien ganó las elecciones? ¿No? Pues muy mal, pésimo, vergonzoso. Gilga les recuerda que en política todo se paga y se cobra.

 

¿Y esta barbaridad?

“Hay una cosa que ayer y hace unos días también comenté, y yo siempre digo lo que pienso, algo que no me gustó ayer de lo del asunto del Capitolio, nada más que respeto, respeto, pero no me gusta la censura, no me gusta que a nadie lo censuren y le quiten el derecho de transmitir un mensaje en Twitter o en Face, no estoy de acuerdo con eso, no acepto eso”.

Gamés abrió el cajón y sacó de el Tafil. Una pastilla de .50 mg. Deglutir. ¿Andrés Manuel Liópez Obrador defiende a Trump? Sí. ¿Defiende la incitación a la violencia? Sí. ¿Defiende el derecho, entre comillas, de Trump a llamar a la violencia? Sí. ¡Qué desastre!, nuestro Presidente defiende a un miserable, fascista, violento, delirante, racista. Ni una palabra en condena del asalto al Capitolio. Gil no cree que el equipo de Biden olvide tan rápido esta ofensa, Gil iba a adjetivar con la palabra oprobiosa.

Retrocesos

El Presidente: “Entonces, no puede haber retrocesos. ¡Cómo se va a censurar a alguien! ‘A ver, te castigo porque yo, juez, como la Santa Inquisición, considero que lo que estás diciendo es perjudicial’. ¿Dónde está incluso la norma?, ¿dónde está la legislación?, ¿dónde está reglamentado? Eso es un asunto de Estado, eso no es un asunto de las empresas… Imagínense que Twitter como empresa decida: ‘Usted no, porque lo que está diciendo es nocivo, perjudicial o daña, va en contra de las buenas costumbres del bando de policía y buen gobierno’”.

Trampa. La libertad de expresión no es irrestricta. Si en esta página del fondo, Gil escribiera barbaridad y media y dañara así a terceros, los dueños podrían quitarle su espacio y ponerlo en la calle. Cuidado con que la libertad de expresión no tiene límites porque eso es falso.

La carta

“Leí la carta del dueño de Facebook y lo sentí con mucha prepotencia, con mucha arrogancia, hablando de sus normas, ¿y la libertad qué? El derecho a la información y el papel de las autoridades legal y legítimamente constituidas (…) Esto que hicieron en Estados Unidos hace unos días es una mala señal, es un mal presagio de que empresas particulares decidan silenciar, censurar, eso va en contra de la libertad”.

Por cierto, ¿el Presidente no quiere acabar con el IFAI, el organismo encargado de cumplir y hacer cumplir la Ley de Transparencia, y el derecho de acceso a la información que tiene todo ciudadano? No vuelvan loco a Gil, por piedad.

Todo es muy raro, caracho. Como decía Einstein: “Mi ideal político es el democrático. Cada uno debe ser respetado como persona y nadie debe ser divinizado”.


Gil s’en va
gil.games@milenio.com

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Gil Gamés
  • Gil Gamés
  • gil.games@milenio.com
  • Entre su obra destacan Me perderé contigo, Esta vez para siempre, Llamadas nocturnas, Paraísos duros de roer, Nos acompañan los muertos, El corazón es un gitano y El cerebro de mi hermano. Escribe bajo el pseudónomo de Gil Gamés de lunes a viernes su columna "Uno hasta el fondo" y todos los viernes su columna "Prácticas indecibles"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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