La pregunta que todo México se está haciendo en este momento es: ¿Cómo va a ser el gobierno de Claudia Sheinbaum?
Éste no es un cambio de sexenio “normal”. Venimos del contundente éxito de Andrés Manuel López Obrador, habrá mayoría en el congreso y por si esto no fuera suficiente, se trata de una mujer.
Una mujer, en México, es capaz de sacar adelante, sola, a toda una familia. Imagínese lo que una mujer como Claudia Sheinbaum le va a poder aportar a este país.
Se comenta en todas partes: la señora tiene experiencia, es culta, es sensible, está preparada. Imposible verla y no creerle. Imposible escucharla y no sentir respeto.
Por eso la opinión pública está desquiciada. No saben de qué hablar, por dónde irse, cómo atacar. No hay manera porque esto rompe con todos los esquemas históricos del periodismo nacional.
Claudia no es un personaje ni jocoso, ni escandaloso ni de color. Por tanto, no alimenta el sensacionalismo. Para hablar de ella hay que saber y no cualquiera le entra a eso.
¿Por qué? Porque el que se informa termina hablando bien. Hablar bien no da nota. Hablar bien contradice los intereses de muchos medios y redes sociales. Hablar bien no genera ingresos.
Va a ser muy incómodo para los líderes de opinión de siempre tener una presidenta como la señora Sheinbaum porque a ella, por la más elemental educación, no se le va a poder faltar al respeto como a AMLO.
Es porque es mujer, sí, pero, ojo, también es porque es una persona que cuida sus palabras, que mide su comunicación no verbal, que entiende, tal vez como nunca nadie había entendido, lo que representa para el presente y para el futuro de esta nación.
Mi pregunta no es cómo va a ser el gobierno de Claudia Sheinbaum. Si las multitudes votaron por ella con semejante entusiasmo es por algo.
Mi pregunta es: ¿cómo va a ser su narrativa? De ahí se va a desprender todo.
¿De qué va a hablar Claudia Sheinbaum cuando hable con el pueblo de México? ¿En qué tono? ¿Con qué palabras?
¿Cómo le va a hacer para darle continuidad a la profunda conexión que Andrés Manuel López Obrador tuvo con las mujeres y los hombres más humildes y, al mismo tiempo, para sumar a los que jamás se sintieron bien con eso?
¿Los va a sumar o los va a despreciar? ¿A través de qué mecanismos?
“La mañanera” es el eje de la información nacional. ¿Se va a perder? ¿Se va a sustituir? ¿Se va a enriquecer con herramientas tan poderosas como los podcasts?
Felipe Calderón hablaba de guerra. López Obrador se volvió famoso por culpar de todo a sus predecesores. ¿De qué va a hablar Claudia? ¿A quién va a culpar de qué?
Cada vez que comienza un sexenio hay cambios en los espacios periodísticos más importantes de la radio y de la televisión.
¿Quiénes son los comunicadores que se van a ir? ¿Quiénes son los que van a llegar? ¿Acaso habrá alguien que regresará?
Y si nos vamos a los otros contenidos, esto se vuelve todavía más relevante. Hace dos gobiernos, por ejemplo, todo era narco en nuestro entretenimiento: las series, las telenovelas, la música.
Ahora todo es social: empoderamiento femenino, diversidad sexual, inclusión. ¿De qué va a tratar el espectáculo en la era de Claudia Sheinbaum?
¿Cuáles van a ser las historias? ¿Quiénes, los personajes? ¿Cuáles, las plataformas?
Comunicación es poder. En el caso de un nuevo presidente, más. En el caso de la primera presidenta de México, mucho más. ¿O usted qué opina?