El otro día tuve una discusión muy desagradable con una persona que me dijo que el programa “La bola del 6”, que se transmite de lunes a viernes a las 17:00 horas por Multimedios Televisión de la Ciudad de México, era una porquería.
Esta persona afirmaba, con un odio tremendo, que esta propuesta no servía para nada, que sus conductores eran unos imbéciles, que todo aquello era súper chafa. En resumen: los hizo pedazos.
Obviamente me dijo que yo no sabía nada de televisión, que era un vendido, que era un idiota, que Multimedios me da “chayote”. Lo de siempre. Ya sabe usted.
Perdón pero estoy convencido de que “La bola del 6” es uno de los mejores programas de toda la industria de la televisión mexicana, el más hermoso recordatorio de lo que fue, es y será la verdadera televisión abierta, la verdadera televisión de servicio.
En el muy remoto caso de que usted no lo sepa, ¿qué es “La bola del 6”?
Vamos a llamarlo una revista de entretenimiento en vivo exactamente como eran esta clase de contenidos antes de “Hoy”.
¿Usted se acuerda? Es un poco como “El club del hogar”, como “¡Ándale!”, “¡Pácatelas!” y prácticamente como todo lo que hizo Paco Stanley en la última etapa de su carrera.
Hay un elenco de gente que entra y sale: chicas hermosas, chicos chistosos. Digamos que sus dos grandes ejes de conducción son Sergio Gómez Villarreal y el puppet de una rata.
Sergio es una de las mentes más brillantes y valientes que conozco. Si no me cree, sígalo en redes.
A este señor le gira la piedra gruesísimo y es capaz de hacer lo mismo el más docto análisis político de izquierda que aventarse el más corriente de los albures o dibujar la más preciosa de las caricaturas.
Es un genio y está en el mejor momento de su vida como hombre y como comunicador.
La rata es una rata, como los legendarios “monitos” de Don Facundo de la televisión de los años 70, pero corregida, aumentada y con una gracia que ya la quisieran en Comedy Central para un día domingo.
¿De qué trata “La bola del 6”? De todo y de nada. Usted lo pone y de repente le van a comentar las noticias del día, de repente sus conductores van a estar bromeando o de repente vamos a ver a Sergio dibujando en un vidrio.
¿A qué me refiero cuando le digo que ésta es la verdadera televisión abierta? ¿Qué le trato de decir cuando afirmo que ésta es la verdadera televisión de servicio?
Es muy sencillo: no toda la televisión tiene que ser como tesis de doctorado. Una de las funciones más nobles de este medio tiene que ver con el acompañamiento.
“La bola del 6” es el mejor programa que una persona puede sintonizar entre semana, por la tarde, para no sentirse sola, para acompañar su enfermedad, para pasar el tiempo con una sonrisa, sin complicaciones y, a veces, llevándose algo bueno.
No cualquiera es capaz de conducir un programa así. En serio. Yo admiro mucho a Sergio, a sus compañeras y a sus compañeros porque se necesita un sistema nervioso muy calibrado para ir resolviendo todo sobre la marcha sin perder ni el tono, ni el ritmo ni el discurso.
Por si esto no fuera suficiente, a diferencia de lo que hacía Paco Stanley en los años 90, este material no promueve nada negativo y nos remite a cosas grandiosas.
¿Me creería si le dijera que lo que hace Sergio cuando dibuja frente al vidrio es lo mismo que hicieron los más grandes maestros de toda la historia de la televisión nacional tanto en Telesistema Mexicano como en Canal Once por allá de los años 50, 60 y 70?
Eso era lo que presentaban monstruos sagrados como Zabludovsky, como Chespirito, como Luis Carbajo. Es un privilegio que todavía exista gente como Sergio Gómez Villarreal capaz de crear historias así en tiempos de Inteligencia Artificial.
Pero espérese, todavía no le digo lo mejor. La prueba más grande de que Multimedios Televisión no se equivoca y de que “La bola del 6” es el camino, es lo que está triunfando en las redes sociales en la actualidad.
Seamos sinceras, seamos sinceros: ¿usted encuentra alguna diferencia editorial, alguna diferencia técnica, alguna diferencia contundente entre “La bola del 6” y los más exitosos podcasts y contenidos de YouTube?
Si yo fuera muy, muy, pero muy severo y pusiera imagen contra imagen, “La bola del 6” le ganaba a muchos de esos títulos donde también tenemos gente sentada, hablando de todo y de nada, acompañando a una multitud que tal vez se sienta sola, que tal vez está enferma, que probablemente lo único que quiere es pasar un buen rato.
El otro día tuve una discusión muy desagradable con una persona que me dijo que el programa “La bola del 6” era una porquería.
¡Ay, señor! ¿Cómo le explico? Cada quien se empodera como puede. Aquí hay algo muy bonito, muy honesto y que con la promoción adecuada se podría convertir en un orgullo no sólo de Multimedios, de toda la televisión mexicana. ¿O usted qué opina?