¿De qué hablamos cuando hablamos de la televisión mexicana?
Ahora que vivimos en una época prodigiosa que reconoce e incluye a quienes jamás tuvieron voz ni presencia en esta industria, yo quisiera poner sobre la mesa algo que se me hace fundamental:
La televisión mexicana no es sólo la de la Ciudad de México.
También tenemos grandes historias de éxito en los otros estados de la República Mexicana. Y esto aplica igual para medios públicos, universitarios y comunitarios.
Urge inclusión. Urge representatividad. Urge reconocimiento.
¿Sabía usted que en Nuevo León existe uno de los programas de televisión más longevos de toda la historia de la televisión nacional y que se trata de un título tan bueno, tan exitoso, que acaba de estrenar un “spin-off”?
Por supuesto, le estoy hablando de “Reportajes de Alvarado”, una joya indiscutible de Televisa Monterrey.
Y antes de que me salga con su xenofobia, centralismo y clasismo, ahí le va un dato duro:
“Reportajes de Alvarado” lleva 45 años al aire. Muchísimo más que “El club del hogar”, “DeporTV”, “Ventaneando”, “24 horas” y “Siempre en domingo”.
Está a dos años de alcanzar a “En familia con Chabelo” que es, oficialmente, el contenido más longevo de toda la historia de México. ¿Se imagina usted lo que pasaría si lo alcanza, si lo supera?
Obviamente es muy probable que usted me esté leyendo en Coyoacán, Acapulco o Guadalajara y que no tenga ni la más mínima idea de qué es esto.
“Reportajes de Alvarado” es, para la televisión del noreste de México, lo que “Aquí nos tocó vivir” con Cristina Pacheco para las chilangas y los chilangos.
Es un contenido donde un señor llamado Horacio Alvarado Ortiz, el último pionero de la televisión regiomontana, se dio a la tarea de recorrer los 51 municipios de Nuevo León.
¿Para qué? Para entregarle las cámaras y micrófonos de la televisión abierta a las señoras del campo, a los señores del monte, a las familias que con mucho sacrificio siembran lo que pueden, crían animales y le dan continuidad a las más hermosas y desconocidas tradiciones.
La idea era unir a Nuevo León. La idea era que las audiencias conectaran con su tierra. Que el público sintiera orgullo. Que la gente se animara a hacer turismo regional. Y que poco a poco se supiera más de los municipios, de sus comidas, de sus lugares.
¿Cuál es la nota? Que “Reportajes de Alvarado” no nació en Canal 8 de CEMPAE o en el Canal 28 del gobierno de Nuevo León.
“Reportajes de Alvarado” nació en un medio privado, en lo que ahora conocemos como Televisa Monterrey y eso hay que celebrarlo porque nos habla de una vocación social que también forma parte de la iniciativa privada y que tristemente, en estos tiempo de guerra ideológica, tiende a ser negada.
Por favor no se vaya a imaginar usted una superproducción de 6 millones de dólares con helicópteros, bailarinas y efectos especiales.
“Reportajes de Alvarado” es como eran los programas de Cristina Pacheco y a lo largo de sus más de cuatro décadas de historia ha hecho muchas, muchísimas aportaciones.
Ahí fue donde la gran Mizada Mohamed cambió el rumbo de la televisión de todo el país al convertirse en la primera persona en hablar de astrología.
Eran otros tiempos. La astrología era un tema tabú. Estaba prohibido. Pero don Horacio Alvarado Ortiz tenía tanta visión y tanta credibilidad, y Mizada era (y es) tan genial en su manejo de los contenidos que el resultado fue una bomba que la catapultó hasta la mismísima Ciudad de México.
Pero don Horacio no era el único conductor de este concepto. A su lado estaba su hijo Eduardo Alvarado.
Ver juntos al padre y al hijo era poco menos que maravilloso. Piense usted, por favor, en los mensajes, en los valores.
Y hablo en pasado porque, desgraciadamente, don Horacio murió en 2020 a la edad de 95 años.
Eduardo es un héroe de la comunicación que contra viento y marea ha sostenido este título como un verdadero guerrero. A costa, incluso, de su propia salud.
Y ahí está, recorriendo los municipios, llegando a otros estados, visitando a las ancianas, charlando con los campesinos, presumiendo la gastronomía regional, invitando a las multitudes a visitar esos lugares.
Dígame usted, por favor, cuántos programas de televisión pueden presumir de tener de conductor a un ser humano de este tamaño.
Dígame usted, por favor, cuántos contenidos conoce usted que tengan una historia tan gloriosa como ésta. ¡Y fuera de Nuevo León no se conoce! ¡No se conoce bien! ¡No se vale!
¿Y el “spin-off”? ¿Qué es? Se llama “Reportajes de Alvarado: noche de leyendas” y es un espacio prodigioso donde Eduardo Alvarado invita a los cronistas y a la gente de los municipios a que vayan a los estudios de Televisa Monterrey a contar sus historias de terror.
No nos confundamos. No es como lo que está de moda en los “podcasts” (que se merece todo nuestro respeto). Esto de difusión cultural, preservación de tradiciones orales. ¡Es otra joya!
Y sí, está hecha con menos de dos pesos pero, volvemos a lo mismo, cuando la calidad está en los contenidos, cuando la calidad está en lo social, lo demás sale sobrando.
Luche con todas sus fuerzas por acercarse al universo mediático de “Reportajes de Alvarado”. No me atrevo a poner días ni horarios porque como no se trata de una señal nacional, me da miedo cometer errores.
Televisa Monterrey se puede ver en muchos lugares a través de los cables y las antenas directas al hogar y, por supuesto, en VIX. Además, los contenidos de Eduardo Alvarado suben a YouTube. Le va a gustar. De veras que sí.
¡Y que viva la televisión mexicana! ¡La de todo México! ¡También la de los estados! ¡Felicidades!