Bajo el supuesto de que los Consejos Técnicos en las escuelas están en proceso de constituirse como comunidades de aprendizaje es importante reflexionar sobre las múltiples posibilidades que les ofrece esta condición a las maestras y maestros particularmente en lo que se puede aprender entre pares. Desde que apareció el nuevo marco curricular una premisa esencial ha sido la búsqueda de lo común, como un principio político de corresponsabilidad y coparticipación entre aquellos sujetos que están comprometidos con una misma actividad (SEP, 2022). Esta cuestión se constituye en una orientación para la vida institucional en la escuela y para la práctica pedagógica-didáctica de la docencia profesional.
El aprendizaje entre pares tiene entonces estos ingredientes de lo común y lo profesional. Esto último expresado en las cualidades que debe poseer una persona para el desarrollo de su actividad. La docencia exige un equilibrio adecuado entre el saber pedagógico, el saber-hacer didáctico y el valer ético en la práctica y relación pedagógica que se establece con los alumnos. De esta manera se va configurando la experiencia profesional de cada docente, que será el punto de partida para el diálogo y aprendizaje con sus pares.
El espacio privilegiado para compartir la experiencia es el Consejo Técnico, pero o el único, los docentes pueden generar por si mismos otros espacios que les permitan expresar su experiencia en el trabajo áulico, los avatares que enfrentan, las posibilidades que visualizan y los logros obtenidos. La escucha sobre la experiencia de los otros, incluido el director, les permite reflexionar sobre la propia, encontrar puntos comunes y divergentes, reconocerse en las condiciones personales e institucionales de su práctica y analizar la realidad educativa que les es común. Se genera así, un aprendizaje colectivo que les posibilita una mayor claridad sobre su acción pedagógica.
El aprendizaje entre pares se constituye en un dispositivo para potenciar las zonas de posibilidad que les ofrece el contexto de su práctica y les encamina al desarrollo de su autonomía profesional donde deciden qué, cómo y para qué enseñar. La experiencia compartida entre pares en su contexto de acción, les distancia de los parámetros universales de las teorías, que buscan imponerles modelos parametrales que no corresponden a la particularidad de su práctica. De igual manera, les aleja de las imposiciones genéricas de la autoridad educativa en materia pedagógico-didáctica y del mercado de opciones que les ofrecen las redes sociales.
El aprendizaje entre pares es un espacio profesional que se construye, no surge por la dictaminación de otros. La disposición a compartir, dialogar, escuchar, reflexionar, analizar y construir en común es un proceso complejo pero enriquecedor en cada momento. Los ingredientes los tienen en cada escuela, solo queda potenciarlos en la búsqueda de lo común.