Vaya desmadre. Esta es la primera conclusión del día de ayer después de ver actuar al gobierno, más bien al Estado mexicano.
Hace un par de días comenzaron las filtraciones: que si Gertz ya se iba, que si no, que si la Presidenta quería que ya renunciara, que si en verdad el que quería eso era Adán Augusto, que la verdad nadie quería, solo él.
Una cosa estaba clara: Gertz tenía un pie afuera. ¿En serio no podían hacer las cosas más fáciles? Y, sobre todo, ¿más creíbles?
A raíz de lo publicado, una extraña visita de Adán Augusto López a Palacio Nacional y otros rumores en redes, hoy en la mañanera le preguntaron a la presidenta Sheinbaum si Alejandro Gertz había renunciado.
Responde la Presidenta: “hasta ahora no me lo ha manifestado”.
Y luego agrega: “recibí un documento del Senado que estoy analizando, ya en su momento lo haré público; recibí una carta del Senado, la estoy analizando con los abogados, Consejería Jurídica y mañana les informamos”.
Como lo dice, seguramente, la primera plana de nuestro MILENIO, usted sabe en qué acabó la historia después de un día desastroso: Gertz renunció. No por lo que hizo y no hizo, no. Dice él —usted créale— que porque la Presidenta le ofreció irse de embajador a un país “amigo”.
Si la Presidenta ya había ofrecido esa embajada, ¿qué decía la carta que estaban analizando los abogados o la Consejería Jurídica?
Si no la había ofrecido, todo indica que la embajada fue la negociación por la renuncia. Pero, insisto, ¿qué decía la carta que era tan grave como para que se fuera? Y, si era grave, por qué ahora se le premia con un lindo exilio en un país “amigo”. Pues la negociación.
Una cosa está clara, esa carta la había redactado y llevado Adán Augusto. Sí, el senador tabasqueño cuyo jefe de seguridad cuando era gobernador está acusado y arrestado por la FGR de encabezar un cártel delincuencial potente. Y otras cositas que la FGR filtraba.
En la fiscalía de Gertz eran expertos en investigar, perseguir y siempre filtrar asuntos contra los enemigos del fiscal. Pregúntenle a su familia, al ex secretario de Marina, al jefe de Miss Universo o al ex consejero jurídico Julio Scherer.
Entre la pregunta de la mañanera y la carta en el Senado pasaron diez horas. Diez horas de caos e incertidumbre.
No es la primera vez en la historia que un adversario es echado y premiado con una embajada, era cosa muy prianista, por cierto.
Pero no con este desmadre. Va a estar buena la mañanera. Eso sí, al menos Gertz ya se va.