En 1988, la Federación Mexicana de Futbol de México fue sancionada severamente por la FIFA cuando se descubrió —gracias al periodismo de Toño Moreno— que había alineado en las eliminatorias para el Mundial Sub-20 a más de un puñado de jugadores mayores de la edad permitida.
Los cachirules, los llamamos, el cachirulazo nos sacó del siguiente Mundial de mayores y otras competencias y causó una vergüenza mundial. La FMF y las selecciones fueron, como el apodo del escándalo lo indica, una broma.
Lo revelado por Moreno, por cierto, venía de documentos públicos de la propia federación. De un anuario con las fechas de nacimiento de los jugadores publicado antes de la eliminatoria. A la federación poco le preocupaba.
Año 2025. Una mujer inteligente, guapísima, que además no se dejó intimidar por un tipo prepotente cuando quiso maltratarla en público, es nombrada Miss Universo y se lo merecía. Es mexicana.
Cierto que vaya usted a saber cómo es que los jueces deciden entre el primero y tercer lugar, creo que nadie nunca lo ha entendido, pero qué importa. Fátima lo merecía.
Uno de los que iban a ser jueces acusa que hay arreglo, que todo es trampa, pero que la credibilidad de ese señor… cierto, en algo mancha el triunfo. Pero, ¿quieren mancha?
Cito a mis compañeros Mosso, Padilla y Arellano en MILENIO: “un juez federal ordenó la aprehensión del empresario Raúl Rocha Cantú, dueño de la mitad de la franquicia de Miss Universo, quien fue señalado por la Fiscalía General de la República de tener vínculos con integrantes de las organizaciones criminales La Unión Tepito y Cártel Jalisco Nueva Generación.
“Rodrigo Rosales Salazar, juez de control del Centro de Justicia Penal Federal en el estado de Querétaro, ordenó su captura por los presuntos delitos de delincuencia organizada, tráfico de armas de fuego e hidrocarburos”.
Y luego que si el padre de Fátima trabaja en Pemex y que si Rocha tuvo un contrato y Pemex felicita a Fátima… en fin.
Rocha Cantú, informan mis compañeros, se acogió a un criterio de oportunidad, es decir, se volvió testigo colaborador de la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada.
Tiene mucha razón mi querida Susana Moscatel cuando pregunta… ¿qué estamos haciendo mal para no poder tener nada bonito?