Para 2030, México busca dar un salto decisivo en la inclusión financiera de sus negocios, el cual es:
- Que tres de cada diez micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) cuenten con crédito vigente
- Que casi dos tercios (62 por ciento) acepten pagos con tarjeta, un avance clave para su modernización y competitividad.
Además, buscarán sumar esfuerzos para que, al final del sexenio, el 46 por ciento de la población realice envíos de dinero por transferencias electrónicas, de acuerdo con las metas establecidas en la Política Nacional de Inclusión Financiera.
Actualmente, sólo el 54.4 por ciento de estas empresas manifiesta aceptar pagos con tarjeta, y otro 25.3 por ciento de las MiPyMEs cuenta con acceso a crédito, porcentajes que se buscan incrementar a final del sexenio.
A nivel internacional, con cifras del Banco Internacional de Pagos (BIS, por su sigla en inglés), México presenta un uso relativamente bajo de las tarjetas, al reportar 63 transacciones con este medio por persona, cifra por debajo de lo registrado por otras economías latinoamericanas.
“Con esta política, las instituciones financieras del Estado reafirmamos nuestro compromiso con la inclusión financiera basada en la evidencia, coordinación y resultados, desde la CNBV (Comisión Nacional Bancaria y de Valores) seguiremos impulsando un sistema más accesible, confiable y útil para todas las personas”, dijo Ángel Cabrera Mendoza, presidente de la CNBV.
Al interior del documento, se especifica que el regulador tendrá líneas de acción hacia 2030 para la mejora del sistema financiero nacional, como consolidar los trabajos normativos y de supervisión, para fomentar el desarrollo de la figura de emisoras simplificadas.
Mejora del sistema financiero
Para consolidar una optimización del sistema financiero nacional, la CNBV promoverá distintas condiciones que fomenten la oferta y el acceso a productos financieros enfocados al emprendimiento y los micronegocios, para incentivar el desarrollo empresarial en México.
Entre las condiciones, se incluye actualizar el marco regulatorio y los límites de otorgamiento de microcréditos productivos, mediante un marco simplificado y adecuado a través de la regulación bancaria.
Por medio de Financiera para el Bienestar (Finabien), se diseñarán productos financieros con condiciones preferenciales para personas emprendedoras que se encuentran en la base de la pirámide económica, principalmente, en zonas rurales y urbanas marginadas.
Mientras que Nacional Financiera (Nafin) y el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) trabajarán en otorgar financiamiento para el fortalecimiento y modernización de las MiPyMEs.
“Esta base técnica permitió identificar con claridad las brechas que aún persisten y orientar las acciones hacia las necesidades concretas”, remarcó Cabrera Mendoza.
Mejorar capacidades tecnológicas y confianza
La vicepresidenta de política regulatoria de la CNBV, Lucía Buenrostro, remarcó que desde el regulador tendrán el papel de habilitador en materia tecnológica para impulsar el crecimiento del sistema financiero mexicano.
“Tenemos una definición de la cobertura, tanto territorial como tecnológica, la accesibilidad y la confianza como habilitadores para lograr una mayor participación en el sistema financiero”, refirió Buenrostro.
Entre otras de las metas prioritarias de los reguladores, se busca que para 2030, el porcentaje de la población adulta con un productor digital de captación bancaria alcance 72 por ciento.
“La política se compone por cuatro ejes generales alrededor de los productos de captación, el ahorro formal, el financiamiento, el ecosistema de pagos y los seguros y productos especializados”, señaló la vicepresidenta regulatoria.
A pesar de que en México se está avanzado, todavía queda mucho por hacer, señaló que aún persiste la falta de acceso al crédito, especialmente para mujeres, micro y pequeñas empresas, así como a grupos en situación de vulnerabilidad, de acuerdo con Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora del Banco de México (Banxico).
Destacó que hace falta avanzar en pagos digitales, pero con fricciones en pagos con tarjeta y baja aceptación en pequeños comercios, persistencia de desconfianza al contratar y usar servicios financieros.
Así como la necesidad de herramientas más simples y accesibles para la población, para ello el banco central difundirá información que promueva la adopción y uso de medios de pago alternativos al efectivo con CoDi y Dimo.
“La inclusión financiera es clave para el progreso y la movilidad social”, señaló durante la Presentación de la Política Nacional de Inclusión Financiera 2025-2030.
Además, señaló que a medida que ésta se extienda, será posible que cada vez más mexicanos potencien sus actividades productivas, aprovechen sus talentos, dispongan de herramientas y recursos para responder a eventualidades, así como sustentar sólidamente sus metas de mediano y largo plazo.
Rodríguez Ceja indicó que en Banxico, la inclusión financiera es un elemento central, tanto por sus probados beneficios sociales como porque fortalece la transmisión de la política monetaria sobre la economía y con ello se impulsa el logro de nuestro objetivo prioritario de mantener el poder adquisitivo de la moneda mexicana.
“Así con el trabajo conjunto, podemos aspirar a consolidar un círculo virtuoso entre estabilidad de precios, inclusión financiera y mayor bienestar social”, señaló.
Paso decisivo en el sistema financiero
El secretario de Hacienda y Crédito Público, Edgar Amador Zamora, señaló que la reforma a la Política Nacional de Inclusión Financiera (PNIF) 2025-2030, marca un paso decisivo hacia la construcción de un sistema financiero más accesible, justo y orientado al bienestar social.
Además, destacó la importancia de recordar a quién se deben estas políticas: "a las personas que enfrentan barreras históricas para acceder a productos y servicios financieros, cuyas necesidades y aspiraciones deben guiar cada decisión pública".
“El gobierno de México tiene como uno de sus objetivos prioritarios la consolidación de un modelo de desarrollo con bienestar, con justicia social y sustentabilidad”, señaló.
Por su parte, comentó que en este modelo, la inclusión financiera tiene un papel primordial al permitir que las personas, así como las empresas construyan:
- Un ahorro
- Patrimonio
- Realicen pagos y cobros con seguridad
- Se preparen para su futuro
- Se cubran de alguna eventualidad o emergencia
- Puedan aprovechar oportunidades para su crecimiento y desarrollo
Además, recordó que el país experimentó avances importantes en esta materia, en 2024, de acuerdo con las cifras de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, el 78 por ciento de la población contaba con al menos un producto financiero, lo que representó un crecimiento de diez puntos porcentuales respecto a lo reportado en 2021.
“Este avance fue resultado de factores como la expansión de los programas de gobierno y la acelerada digitalización de los servicios financieros que ha hecho posible que más personas puedan acceder al sistema”, comentó.
“Además, la expansión de las redes sucursales de banco del bienestar y la mayor adopción de la figura de comisionistas hacen que la gran mayoría de la población viva en un municipio con al menos un canal de acceso al sistema”, concluyó.
KL