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Migrantes enfermos enfrentan un calvario para atenderse en Estados Unidos... el idioma, la falta de dinero y la persecución empeoran sus padecimientos

El idioma, la falta de seguro médico, los factores culturales, la desinformación y las dificultades derivadas de su condición migratoria, se convierten en muros invisibles.

El cáncer, las enfermedades cardíacas, los padecimientos crónico-degenerativos y la depresión representan las principales amenazas para la salud de la comunidad hispana en Estados Unidos. Su prevención y tratamiento se ven obstaculizados por barreras históricas, como el acceso limitado a servicios médicos y la desigualdad socioeconómica, que se han agravado con las políticas migratorias de Donald Trump.

El idioma, la falta de seguro médico, los factores culturales, la desinformación y, sobre todo, las dificultades derivadas de su condición migratoria, se convierten en muros invisibles que no solo impiden la prevención de la hipertensión arterial, diabetes y obesidad, sino que también dificultan la atención a la salud mental, retrasan el diagnóstico de tumores malignos y demoran la intervención urgente por problemas del corazón.

Vence al cáncer e inicia otra lucha

Un año después de haberse mudado a Dallas, Texas, la tampiqueña Aideé Granados recibió un diagnóstico que cambió su vida: cáncer de mama. En medio de una dura batalla —de la que finalmente salió victoriosa— observó de cerca la lucha de otras mujeres y descubrió las enormes barreras que enfrentan las hispanas para cuidar su salud.

“Es una noticia que nadie espera, que nadie quisiera recibir. Es impactante, como un cubetazo de agua fría. Yo me encontraba en Dallas con mi esposo y mi hija de tres años, mientras nuestras familias estaban en México”, recuerda.

Aide Granados junto a su comunidad Supervive. | Cortesía
Aide Granados junto a su comunidad 'Supervive'. | Cortesía

Desde esa experiencia, pudo comprender una realidad que muchas estaban viviendo: como mujer hispana inmigrante, se enfrentaba a un sistema de salud diferente y a la falta de una comunidad de apoyo.

“En mi primera quimioterapia vi a una mujer más o menos de mi edad; parecía hispana. Nunca tuvimos la oportunidad de hablar, pero recuerdo que ella estaba enojada, aventando cosas. Le dije a mi esposo: pase lo que pase, no quiero verme así; me refería a lo emocional y espiritual”.

Aideé Granados comprobó que una buena alimentación, la terapia psicológica y una guía espiritual podían impactar positivamente su tratamiento médico. En el propio hospital fue aprendiendo que la medicina convencional y la holística pueden ir de la mano.

De los muros al empoderamiento

Superada la crisis, quiso compartir su aprendizaje con otras mujeres, y nació así la idea de crear una organización sin fines de lucro para empoderar a las hispanas frente al desconocimiento en el cuidado de su salud. Primero se llamó Rosa es Rojo y hoy es Supervive, una iniciativa que, a lo largo de casi una década, ha brindado apoyo a cerca de 3 mil 500 inmigrantes de países como México, Guatemala, Ecuador, Perú, Colombia, Venezuela, El Salvador y Costa Rica, entre otros.

Organización Rosa es Rojo. | Cortesía
Organización anteriormente llamada 'Rosa es Rojo'. | Cortesía

Ese número corresponde a las beneficiarias directas de los programas de educación en salud y bienestar, enfocados en mejorar hábitos, promover detecciones oportunas, cuidar la salud mental y prevenir enfermedades crónico-degenerativas. Sin embargo, el impacto se multiplica, pues cada mujer influye en al menos cinco miembros de su familia.

“Yo decía: hay que hacer algo por las hispanas que están siendo diagnosticadas con tumores malignos. Supe que el cáncer es la principal causa de muerte entre los hispanos que viven en Estados Unidos y que, de acuerdo con la OMS, una de cada ocho mujeres va a tener cáncer de mama, pero entre más temprana sea la detección, se podrá curar en el 90% de los casos”.

Estos procesos, añade, no se tienen que vivir en soledad. Siempre debe existir una red de apoyo; a veces inmediata, en ocasiones hay que construirla, pero es parte del camino hacia la salud.

Sabiendo que el estilo de vida tiene un gran impacto en prevenir, tratar y evitar la recurrencia de esta y otras enfermedades, comenzó a educar sobre estos temas. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que estaba pasando por alto las causas de fondo.

Al profundizar en lo que estaba ocurriendo, comenzó a ver todo con mayor claridad y fue así identificando las barreras que limitan el acceso a la atención médica entre los inmigrantes hispanos.

Comprender lo que dice el médico

Estos muros invisibles empiezan con el idioma, cuando las pacientes que solo hablan español no comprenden lo que les explica el médico durante la consulta y suelen sentir vergüenza de preguntar o de solicitar un traductor.

Migrantes se unen a actividades | Cortesía
Migrantes se unen a actividades | Cortesía

El segundo obstáculo es el dinero, pues no todos los hospitales de Estados Unidos atienden sin seguro médico. “Llega un momento en que se pierde la noción del costo de una quimioterapia, un tratamiento médico o una simple inyección, porque el sistema de salud es demasiado caro”.

Por otra parte, los factores culturales también influyen, ya que muchas mujeres, debido al machismo de sus parejas, no acuden a consultas médicas y, cuando finalmente lo hacen, a veces es demasiado tarde.

El transporte público es, a su vez, una barrera cada vez más compleja. A la falta de rutas que conecten a todos los lugares se suma el miedo de muchas personas migrantes a salir de sus hogares y ser deportadas.

Hoy más que nunca se complica el acceso a la salud

Las políticas antiinmigrantes de la actual administración federal acechan a la comunidad hispana y a otros grupos históricamente marginados, que hoy viven entre el miedo y la incertidumbre.

“Lo hemos visto en la asistencia a los talleres, muchas personas no quieren salir de casa por miedo a las redadas, pero tenemos programas virtuales a su alcance para que sigan educándose en temas de salud”, comenta la creadora de Supervive.
Migrantes se unen a actividades beneficiarias. | Cortesía
Migrantes se unen a actividades beneficiarias. | Cortesía

Se transita un año distinto, marcado por nuevas políticas y una creciente incertidumbre. Incluso al acudir a una clínica u hospital, los pacientes deben ahora informar su estatus migratorio.

“Para nosotros como organización, este también ha sido un año incierto, porque hay fondos más restringidos o que antes nos llegaban y hoy ya no; donantes que me han dicho: si no me entregas este tipo de documentos, no te voy a dar este recurso. Pero jamás vamos a poner en riesgo la información de las personas a las que servimos”.

No obstante, existen fundaciones, empresas y personas que sí están dispuestas a apoyar esta labor, y se suman nuevos donantes que hacen posible beneficiar a más mujeres también en los estados de California, Virginia y Georgia, e incluso en Puerto Rico.

Prevenir de generación en generación

“Un 4% de las participantes se encuentra fuera de Estados Unidos. Nosotros estamos en Dallas y, desde el norte de Texas, también llevamos actividades a condados como Tarrant, Denton y Collin. En nuestra organización somos siete personas, y me da mucha esperanza saber que tenemos en nuestras manos el poder de prevenir, porque 95% de nuestra comunidad cambia su estilo de vida”.

Las principales beneficiarias de esta red de apoyo son hispanas de primera y segunda generación de migrantes en Estados Unidos, que buscan aprender sobre salud y bienestar para transmitir estos conocimientos a sus hijos, nietos y bisnietos. Por ello, forman comunidades de salud positiva que acentúan la prevención.

Su labor se desarrolla en dos vertientes, presencial y virtual, a través de talleres, clases, mentorías y grupos de apoyo que guían hacia un estilo de vida más saludable, basado en cuatro pilares de contenido: Alimentación Sana, Salud Mental, Actividad Física y Empoderamiento en Salud, con énfasis oncológico y cardiovascular.

Herramientas que facilitan el aprendizaje

Hace siete años se creó un podcast que ya suma más de 320 episodios, y durante la pandemia, en 2020, se lanzó la aplicación Supervive Comunidad, que ofrece grupos de apoyo, clases en vivo, club de lectura, gimnasio virtual, centro de meditación y hasta recetas de cocina, acumulando hasta ahora 25 mil horas de bienestar.

Aide Granados. | Cortesía
Aide Granados. | Cortesía

La prevención es la columna vertebral de Supervive, un enfoque que ha beneficiado principalmente a hispanas de 35 a 55 años de edad y que dio origen a la Comunidad de Salud Posible, diseñada especialmente para ellas y que cuenta con un acompañante de metas.

“Seguimos educando y nos enfocamos en reducir las barreras de acceso a la salud. Hablamos sobre cómo empoderarte como paciente, cómo solicitar un traductor, elaborar un plan financiero para pagar consultas médicas, acceder a terapia psicológica y dónde conseguir alimentos frescos y accesibles, no ultraprocesados”, comenta Aideé Granados.

Todo es en español, porque la mayoría de los hispanos prefiere hablar en su idioma cuando se trata de temas de vida o muerte, salud y bienestar. Además, se integra todo lo culturalmente relevante para anclar mejor el conocimiento y fomentar un cambio generacional.

Supervive, antes Rosa es Rojo, ha recibido diversos premios y reconocimientos internacionales por su labor en favor de las mujeres hispanas en Estados Unidos.

Se reducen fondos y piden que México atienda la necesidad

Los gobiernos locales han recortado fondos públicos para servicios de salud, afirma el presidente de la Federación de Clubes de Migrantes Tamaulipecos en Houston, Texas, Jay de León. Señala que los paisanos sufren por ello, ya que es difícil acceder a un seguro médico.

“Ahorita los gobiernos locales están recortando significativamente los recursos para los programas de salud y educación. Se eliminan fondos que antes existían y eran importantes, pero que ellos no consideran una prioridad presupuestal”.

Esta situación repercute mucho en la comunidad migrante, que antes podía recibir atención en los servicios primarios, pero ahora enfrenta dificultades debido al alto costo del seguro médico en Estados Unidos. Por ello, Jay de León considera que el gobierno de México debería buscar formas de cubrir esta necesidad de los connacionales.

En ese sentido, así como es posible votar desde el extranjero, propone la creación de unidades de salud que brinden atención a los paisanos y que también puedan servir para prácticas profesionales, servicio social e intercambios de estudiantes universitarios.

Comenta que, en medio de estas complejidades, los migrantes están relegando su salud a un segundo plano, ya que su principal temor es salir y ser detenidos ante el endurecimiento de las acciones del ICE, con operativos encubiertos para deportar a hombres y mujeres.

JETL


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Cristina Gómez
  • Cristina Gómez
  • Con más de tres décadas en el periodismo, escribir es mi pasión. Buscadora de verdades ocultas, de convertir cifras en relatos y de tejer reportajes que dejen huella en la memoria colectiva, porque todo dato encierra un rostro, una vida, una historia. Orgullosamente panuquense y tampiqueña por adopción.
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