La vida laboral y la personal convergen en cada uno de nosotros. Con metas que cumplir, muchas veces los tiempos se vuelven complicados que la carga de trabajo o presión propia se vuelve ansiedad, pero se deja de lado al confundirla con productividad afectando la salud mental.
Melissa Villanueva tenía éxito profesional y la admiración de sus colegas. Sin embargo, detrás de esa fachada de logro, su mente y alma estaban "agotadas". Su historia es un recordatorio de que las metas sin autocuidado pueden resultar en un padecimiento que hoy afecta a millones.
En una conversación exclusiva con MILENIO, la creadora de la plataforma Mel Borrón y Cuenta Nueva comparte cómo su camino hacia el éxito la llevó a un colapso mental y emocional, y por qué la salud mental en las empresas debe ser más que una iniciativa de moda.
La salud mental en el entorno laboral
Melissa Villanueva relata un periodo donde su vida giraba completamente en torno al trabajo:
"Mi horario de comida era cuando no tenía junta, tenía hora de entrada al trabajo pero no de salida... Logré obtener el título que quería en el trabajo a un precio muy alto. Mi cuerpo y mi mente no eran un lugar seguro para mí, sentía ansiedad todo el tiempo, y vivía en un bucle mental autodestructivo", confiesa Villanueva.
La consecuencia de esta autoexigencia fueron ataques de pánico y una profunda crisis de identidad, que la llevaron a un punto de quiebre.
Ansiedad o productividad:
En su peor momento, escuchar a su hijo decir que su actividad favorita era "dormir y ser enojona" la impulsó a detenerse y buscar ayuda profesional psiquiátrica y psicológica.
"Ahí entendí que lo que yo consideraba 'éxito' no me servía de refugio porque mi mente y mi alma estaban agotadas."
¿Por qué la ansiedad se puede confundir con productividad?
Uno de los puntos más críticos que destaca es la normalización de la ansiedad laboral, a menudo confundida y premiada como un signo de compromiso o productividad en el entorno corporativo.
Señala que esta dinámica es peligrosa porque es "muy gratificada y tiene mucho reconocimiento", lo que facilita que se normalice. Pero, ¿cómo identificarla en un equipo? Ante esto destaca:
- Incapacidad para desconectarse: las personas que no pueden tomar un descanso o desconectarse del trabajo, incluso en vacaciones.
- Culpabilidad por descansar: sentir que el valor propio solo se valida a través del rendimiento continuo.
- Vivir angustiados: la constante sensación de vivir para trabajar en un estado de angustia.
¿Cómo tener un equilibrio?
Para lograr un equilibrio, debe entender que la recuperación es un proceso dual: mientras que en el caso de Melissa requirió acompañamiento psiquiátrico y fármacos para nivelar un desbalance químico, el 70 por ciento es "trabajo personal".
Esto implica un cambio radical en el estilo de vida, incluyendo alimentación, ejercicio, hábitos de sueño y entrenamiento mental.
"Un líder con salud mental tiene más claridad, escucha mejor y toma decisiones con mayor consciencia. Liderar desde la calma, la empatía y la vulnerabilidad no es ser débil, es ser sostenible".
La clave del equilibrio radica en establecer no negociables de autocuidado y entender que la vulnerabilidad es una fortaleza, no algo malo.
"El mundo no se cae cuando tú descansas, pero tú sí puedes caer si no lo haces", destaca.
Un ejercicio de respiración recomendado por Melissa para quienes sienten que están al borde del colapso es el siguiente, llamada "del Cubo":
- Detente si estás al límite, no tomes acción sobre nada, deja que pasen 24 horas.
- Moja tu cara con agua fría para devolver la atención al cuerpo.
- Inhala lentamente en 4 tiempos inflando el abdomen.
- Sostén el aire por 4 segundos.
- Exhala lentamente en 4 tiempos desinflando el abdomen.
- Sostén sin aire en los pulmones por 4 segundos.
- Repetir 4 veces.
YRH