La inteligencia artificial de Google— Gemini—, indica que sentir tristeza, ansiedad o angustia persistentes son señales para ir al psicólogo. También menciona al estrés, falta de control en las emociones o el desborde por un evento importante (como un divorcio o un accidente automovilístico) como signos de alerta.
Y aunque la respuesta de la IA no es incorrecta, la otra realidad es que no necesitamos atravesar un hecho significativo para teclear en el buscador: “¿Cómo saber si debo ir al psicólogo?”.
“Podemos ir por muchas cosas. Puede ser desde una desmotivación, un cambio de ciudad, una ruptura, enfrentar una enfermedad o un cambio abrupto en tu vida. Inclusive, ni siquiera tienes que estar muy mal: puedes sentir que ya no manejas las cosas como antes o que ya no te organizas o ya te cuesta trabajo tomar decisiones. Con que genere un malestar, tú puedes estar en terapia”, explicó la psicóloga, Claudia Marian Helú, en entrevista a MILENIO.

Antes de buscar ayuda…
En los últimos años se ha normalizado el tema de la salud mental: se le dedican posts informativos en Instagram o videos en TikTok; los amigos se reúnen para escucharse o darse consejos, y la terapia poco a poco se va despegando la etiqueta del “tabú” y de ser “un motivo de vergüenza”.
Pese a ello, aún existen dudas, incertidumbre y hasta desconocimiento sobre varios aspectos de la terapia, incluso en los temas más “básicos”, como saber cuál psicólogo o psicóloga escoger; o en los “que menos pensábamos”, por ejemplo, la diferencia entre la psicología y la psicoterapia. De este último partió la conversación entre Marian y MILENIO:
“La psicología es la ciencia; la disciplina. Y esa disciplina se ve en diferentes áreas: educativa, organizacional, del deporte, etcétera. Y la rama de la psicología que se encarga de intervenir con trastornos asociados a la salud mental es la psicoterapia. El psicoterapeuta es un psicólogo que estudió y se formó para dar terapia, intervenir, explicar la raíz del problema, dar herramientas, comprender el ambiente y el contexto”.
De esa manera, al querer empezar a buscar terapia, recomendó recurrir de primera instancia con una o un psicoterapeuta formado y especialista en los temas que la persona quiera tratar: “Todo esto nos ayuda a entender que la salud mental es algo bien complejo”, reflexionó.
Los principales tipos de terapias
- 1 Cognitivo-Conductual (TCC): modifica pensamientos y conductas negativas
- 2 Psicoanálisis: explora el inconsciente y la influencia del pasado
- 3 Humanista: enfocada en el crecimiento personal y potencial humano
- 4 Sistémica: analiza al individuo en su contexto familiar y social
- 5 Aceptación y Compromiso (ACT): combina la aceptación con la acción
- 6 Gestalt: integración y cierre de conflictos internos
¿Cómo saber qué terapia necesito?
Algunas y algunos psicólogos pueden dar una primera orientación y, con base en ella, recomendar el tipo de terapia que mejor se adecúe a las necesidades de las y los pacientes. Sin embargo, remarcó Marian Helú, en México no hay suficientes profesionistas capacitados para dar dichas orientaciones.
Por ello, en esta búsqueda por nuestro primer o primera terapeuta, la psicóloga recomienda investigar la especialidad que tiene; solicitar su currículum y cédulas, e incluso preguntarle cuál ha sido su formación— siendo esto último una duda genuina y crucial para tomar la decisión, pero que pocas personas se atreven a hacer—.
“Son cosas que no estamos acostumbrados a preguntar. Usualmente nos da pena y preferimos errar”, explicó.
Al momento de solicitar más información de las consultas, plantear los motivos que nos llevaron a buscar terapia también puede servir como una guía. Esto porque, a partir de esos datos y confiando en su ética profesional, podrían confirmar si están capacitados para atendernos o, en caso contrario, remitirnos a alguien más adecuado.
Asimismo, es válido querer conocer la experiencia de otros pacientes a través de reviews o contactándolos personalmente.

Hay casos donde las madres, los padres o las amistades se involucran en esta indagación. Sin embargo... ¿Qué ocurre si mi amigo o amiga nos recomienda a su terapeuta? Al respecto, Helú remarcó: “Algo importante es que lo que funcionó a tu amiga o a tu familia, no siempre le funciona a todos".
Los pacientes también tienen obligaciones
Idealmente, las y los psicoterapeutas deben regirse por la ética y el profesionalismo. Sin embargo, en un proceso de terapia tanto el terapeuta como el paciente tienen responsabilidades. Y una de las principales para estos últimos es entender qué significa ir a terapia.
“No vamos a que nos digan qué hacer. No podemos esperar que nos digan qué hacer, pero sí podemos esperar que nos acompañen en la toma de decisiones”, remarcó Marian Helú.

La terapia es un proceso sanador. Pero sanar es difícil e incómodo: se mueven muchas emociones; se cuestionan nuestras creencias y pensamientos, y se plantean perspectivas y herramientas para tomar futuras decisiones. Por ende, no funcionará si no hay disposición para cambiar.
“Hay personas que realmente no quieren cambiar y nada más van a que les digan qué hacer. Ese no va a ser el espacio para ello (...) Debe haber ese compromiso y saber que va a haber incomodidad, porque la psicoterapia no siempre se abraza”.
¿Y si quiero cambiar de psicólogo?
El ser humano es cambiante por naturaleza. Por ello, es normal que de un día para el otro alguien se arrepienta de ciertos gustos; del círculo de amistad; de carrera universitaria, o de cualquier otra decisión, incluyendo el o la terapeuta con la que escogimos ir.
De hecho, respecto a esto último, no es necesario que ese “beneficio de la duda” se extienda por semanas, meses o años. Basta con que la persona no se sienta cómoda; libre de expresarse; en confianza; cuestionada o con herramientas para enfrentar las situaciones de la vida; en palabras de Marian, que “no haya hecho clic” con quien se sienta al otro lado del diván.
“Podemos esperar un tiempo, sí. Pero si no te sentiste cómodo desde las primeras dos sesiones, o sea, no sentiste que le importas a la persona que está enfrente, no es el espacio”.
ASG