Raúl Tirado se dirigía a entregar unos termómetros digitales que había vendido por internet cuando fue interceptado por dos camionetas operadas por policías ministeriales.
Era el 12 de enero de 2021 y ese día su vida cambió para siempre. Los agentes que detuvieron en Nezahualcóyotl, Estado de México, lo bajaron del vehículo y lo llevaron a la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada (FEMDO), en donde se le informó que estaba siendo acusado de pertenecer a una banda de secuestradores.
La carpeta de investigación en su contra fue iniciada por la antigua Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), en 2017, pero fue hasta 2021, ya convertida en FEMDO, que la Fiscalía pidió una orden de aprehensión contra Raúl, por presuntamente estar relacionado con un caso de secuestro denunciado a finales de 2016, solo porque él conocía a un policía que estaba acusado de secuestro.
“Ese policía municipal era el que patrullaba la zona donde vivía mi hermano y mi familia en Ciudad Neza y había una relación con ese policía, ya que él vigilaba y nos dio su número para estar en contacto con él… En este argot el policía le decía (a mi hermano) "Si jefe", "Claro jefe", "Le doy el apoyo", y para la fiscalía según ese "Jefe" era suficiente para pensar que él era el jefe de una banda de secuestradores”, relató Jafet Tirado, hermana de Raúl.
Sin embargo, Jafet asegura que durante el proceso, ni la víctima, ni su familia han reconocido a Raúl como parte de los secuestradores, y la única prueba que la Fiscalía asegura tener en su contra es que su voz presuntamente coincide con la de quién hacía las negociaciones.
“Agarran audios que no entendemos por qué están en la carpeta aunque son de 1994 que era cuando mi hermano era un adolescente de 16 años, pero aún así agarran esos audios y con esos comparan la voz, y mi hermano está preso por unos audios que incluso en los mismos peritajes de la Fiscalía algunos salen negativos y otros positivos en una prueba de voz, y son aparentes pruebas de voz lo que lo mantiene preso en el penal de Neza Bordo”, lamentó.
Cabe señalar que posteriormente a que fuera detenido por este caso, la FEMDO lo vinculó con otros dos secuestros que se realizaron con un modus operandi similar, y al igual que en el primero las únicas pruebas presentadas en su contra son los audios donde presuntamente la voz de Raúl es la del negociador.
“Yo creo que como ya llevaban varios años investigando y querían cuadrar la idea de la banda de secuestradores y les faltaba el elemento del negociador o el líder aunque no está físicamente en el delito, y con mi hermano dijeron pues él nos cuadra perfecto”, aseguró.
Antes de su detención, Raúl era comerciante desde los 17 años, se dedicaba a vender lámparas decorativas y material eléctrico en distintas partes del Estado de México y Morelos, pero además está casado y es padre de tres hijos con quiénes espera reunirse en cuanto se pruebe su inocencia.
El juicio iniciará esta semana y frente a esto la familia del presunto acusado pide al Poder Judicial tomar en cuenta las irregularidades que ha habido durante el proceso para que haya un verdadero acceso a la justicia.
“Lo vemos complicado porque sabemos que enfrentarte a un monstruo tan grande como es la Fiscalía General de la República es complejo, pero nosotros llevamos años en esta lucha y no la vamos a abandonar”, precisó.