Política

El oscuro placer de destruir

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Millones de mexicanos se regocijan secretamente (o no tanto) de que se haya cancelado el NAIM de Texcoco. El proyecto no lo sentían como algo suyo. En el mejor de los casos respondían con la indiferencia que merece lo ajeno. Movidos por el resentimiento, sin embargo, aplauden que no se haya construido una obra que iba a beneficiar a una presunta minoría privilegiada cuyos gustos e intereses no podrían importarles menos. En un país dividido, desigual y poblado mayormente por gente fatalmente empobrecida, los provechos del bien común no resultan nada evidentes.

Los activistas de la izquierda radical solían oponerse, por principio, a la realización de aquellos proyectos en los que se pudiere olfatear la ofensiva presencia del capitalismo arrogante. Lograron así que no hubiera un campo de golf en Tepoztlán (hace ya algún tiempo de eso) alegando que los trabajos de jardinería o en el área de servicios del club eran indignos para la población local. Lo que se necesitaba allí, en ese poblado morelense rebosante de vegetación y con uno de los mejores climas del mundo, eran factorías de la industria de punta, no paraísos artificiales diseñados para el disfrute de los ricos.

Se escucharon en esos momentos voces de compatriotas afincados en Nuevo León o en Coahuila que se dirigieron a los inversores para hacerles ver que los recibirían con los brazos abiertos: pero la natural aridez de los territorios del norte de este país no los hacía particularmente atractivos, por no hablar de que Tepoztlán está a un paso de Ciudad de México. El mercado tiene unas reglas inquebrantables (es lo que estamos viendo, justamente, con el AIFA).

Pasados ya algunos años, las factorías y los parques industriales siguen estando mayormente en el valle de Cuernavaca (Jiutepec y Cuautla), no en Tepoztlán, y la fabricación de pantallas planas, automóviles y los otros miles de productos que exporta México se concentra en el Bajío, en estados como Chihuahua, Baja California, Jalisco y en los referidos de la zona septentrional de esta nación. ¿Ganaron algo los agitadores tepoztecos?

Ya en el poder, esa mentada izquierda sectaria no necesita conectarse con los sectores más obstruccionistas y facciosos de la sociedad para impedir la construcción de autopistas y de grandes proyectos de infraestructura. La tarea la puede hacer por su cuenta. Y, de pilón, emprender también la demolición de las instituciones de la República.

revueltas@mac.com

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Román Revueltas Retes
  • Román Revueltas Retes
  • revueltas@mac.com
  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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