Política

Reformas y orden internacional

Ante los graves problemas que hoy afectan a las naciones, nos podemos preguntar si no deben buscarse nuevos caminos porque, al parecer los que existen no funcionan como se esperaría que lo hicieran. El desarrollo de la humanidad, con sus implicaciones económicas, políticas, culturales, de salud, etc. se encuentra lejos de ser ideal. De hecho, falta mucho consenso incluso sobre metas generales.

La necesidad de una reforma en puntos clave a nivel global la señaló Benedicto XVI en su encíclica “Cáritas in veritate” diciendo que “ante el imparable aumento de la interdependencia mundial, y también en presencia de una recesión de alcance global, se siente mucho la urgencia de la reforma tanto de la Organización de las Naciones Unidas como de la arquitectura económica y financiera internacional, para que se dé una concreción real al concepto de familia de naciones”.

Se trata de reformar principalmente la ONU, la economía y las finanzas partiendo de que las naciones deben formar una familia. No propone las determinaciones de la reforma, sino la guía para orientarla. Al usar la idea de la familia el pontífice busca indicar un camino de solidaridad y de fraternidad análogo al de la familia natural, como para subrayar la importancia de crear lazos solidarios también entre las naciones.

Benedicto XVI añadía que “para gobernar la economía mundial, para sanear las economías afectadas por la crisis, para prevenir su empeoramiento y mayores desequilibrios consiguientes, para lograr un oportuno desarme integral, la seguridad alimenticia y la paz, para garantizar la salvaguardia del ambiente y regular los flujos migratorios, urge la presencia de una verdadera Autoridad política mundial, como fue ya esbozada por mi Predecesor, el Beato Juan XXIII.”

En la situación actual se puede echar claramente de menos una autoridad reconocida y respetada por todos, guiada por el derecho y con capacidad para hacer respetar sus decisiones. Concluye afirmando que “el desarrollo integral de los pueblos y la colaboración internacional exigen el establecimiento de un grado superior de ordenamiento internacional de tipo subsidiario para el gobierno de la globalización, que se lleve a cabo finalmente un orden social conforme al orden moral, así como esa relación entre esfera moral y social, entre política y mundo económico y civil, ya previsto en el Estatuto de las Naciones Unidas”.


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Pedro Miguel Funes Díaz
  • Pedro Miguel Funes Díaz
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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