Las guerras floridas no existieron, tampoco los sacrificios humanos rituales. El tzompantle es un invento: esa estructura de cráneos que estaba frente al Templo Mayor de Tenochtitlán es una fabricación. Es mentira que el pozole se sirviera acompañado de carne humana. Lo es también el cuento según el cual, después del juego de pelota, algunos jugadores eran sacrificados.
Tendríamos igualmente que eliminar de los libros de historia al Xipe Tótec, la deidad mexica de la vida y la muerte que cuando era representada por los sacerdotes, estos se vestían con la piel disecada de los sacrificados.
Todos estos relatos serían en realidad la invención de los malvados conquistadores —Hernán Cortés a la cabeza— para difamar a las culturas que vivían en México antes de la llegada de los españoles.
Esta es la tesis más polémica del libro “Grandeza” que llegará a librerías esta semana, cuyo autor es el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Tocará a los historiadores y a los arqueólogos más distinguidos del país y del mundo, también al Instituto Nacional de Antropología e Historia, debatir las fuentes y solvencia de este hallazgo que nadie antes había siquiera intuido.
Mientras tanto resulta inevitable analizar “Grandeza” desde el punto de vista político. De acuerdo con el exmandatario, el humanismo mexicano —una ideología que él propuso como suya— en realidad ya existía antes de que México fuera México.
La propusieron los Olmecas, los Mayas, los Mexicas y los Teotihuacanos, entre otras civilizaciones nuestras. Ese humanismo no podía ser caníbal, tampoco sanguinario. En cambio, era generoso, comunal, fraterno y, sobre todo, moralmente superior a los europeos que compartieron época.
Zygmunt Bauman llama a la trama que guía este libro “Retrotopía:” la creación de una utopía, no a partir del futuro, sino de la manipulación caprichosa de los hechos del pasado. Para López Obrador el mejor futuro posible sería regresar a un ayer remoto reconstruido —no desde el respeto a lo que aquellas culturas fueron realmente— sino a partir de lo que en el presente resulta más eficaz para dotar de legitimidad y sentido a una causa política.
Zoom: en “Grandeza” las antiguas culturas son Morena, Hernán Cortés y Motolinía son los fifís contemporáneos y el escritor-presidente es el profeta que se inserta en la historia universal como la voz más trascendente.