Política

Los indispensables datos

Decidir implica conocer los datos del asunto en cuestión. Una persona con interés en trasladarse de un sitio a otro, del cual desconoce su ubicación y sus características, tiene ante sí una decisión y la necesaria detección y conocimiento de varios datos. Por ejemplo, la distancia del lugar desde donde se encuentra hasta el lugar a dónde quiere ir. ¿Lejos, cerca, muy lejos, muy cerca? Este dato puede determinar el sistema de transporte a utilizar, pues según la distancia será optimo un sistema u otro. Nuestro protagonista necesitara saber, además de la distancia, otros datos: ¿existe un camino y de cuál material? Imaginemos una respuesta: Hay camino, es de terracería. ¿Y la distancia? Nuestro héroe consulta por celular la aplicación de Mapas y descubre que la distancia es 10 kilómetros.

¡Ah! Se le olvido el dato de la topografía: ¿es plano? ¿montes? ¿ríos? ¿puentes? ¿poblaciones? Son datos con los cuales puede determinar el transporte óptimo desde caminar hasta la necesidad de un vehículo capaz de cruzar ríos, subir montes y bajar laderas. Con esa información la persona, según sus ánimos, puede escoger un helicóptero, un jeep o una bicicleta como vehículo optimo. Desde luego pudo subirse a su auto y sin datos aventurarse y “ya estará de dios si llega o se regresa”.

Así, el lector puede caer en cuenta de la importancia de tener datos para tomar decisiones. Nuestra vida cotidiana y sus componentes (diversión, trabajo, vacaciones, trámites, amigos, amigas, y más) se desarrollan con decisiones basadas en datos y en ocasiones sin datos a “ver qué pasa”. Así, transcurre la vida personal, la familiar y la de trabajo y la pública.

También le pasa lo mismo al gobierno y sus gobernadores/as. Tienen que decidir y a veces tienen los datos, a veces no los tienen todos los necesarios y a ratos ningún dato, sólo especulaciones, creencias y sentires. Desde luego veríamos muy mal que los responsables de puestos de gobierno decidieran como el ejemplo anterior: “ya estará de dios y pase lo que tenga que pasar”.

En otras ocasiones los responsables de asuntos públicos conocen los datos y han estimado las consecuencias de decidir una acción… y deciden. En ese momento empieza otra vez la necesidad de datos: ¿qué pasó? ¿se cumplió lo esperado? ¿no se resolvió el problema? A veces no lo sabrán pues el dato clave se obtendrá después de pasado un tiempo. Podrán festejar o preocuparse y pensar cómo, con cuál nueva decisión van a corregir el rumbo.

En nuestro país la presidencia de la república coleccionó datos adversos a las expectativas de ciertas decisiones, las cuales fueron tomadas a pesar de los datos. El tren Maya, además de un costo muy por encima del previsto hoy no cumple los objetivos con los cuales se justificó la obra. Quizá más adelante en el tiempo se lograrán. El aeropuerto Felipe Ángeles aun sufre para llegar a las metas que justificaron la inversión. Los datos que indicaban la enorme dificultad de conseguir la meta de dichas obras no se consideraron suficientes para optar por otra decisión.

En otras cuestiones el gobierno ha tenido decisiones exitosas al conseguir las metas y los objetivos trazados. Es el caso de los programas llamados de El Bienestar, o entregas de efectivo a la población en pobreza o al llegar a una cierta edad. Es decisión exitosa pues se han reducido los índices de pobreza en el país.

Los datos justificaron el programa y los datos de las metas alcanzadas confirman la decisión bien tomada. En otras ocasiones los hechos le presentan al gobierno datos, digamos terribles, ante los cuales las decisiones se complican. Ejemplo: Hoy 25 de julio, un periódico local publica una fotografía en la cual un semicírculo de hombres armados rodea a una mujer, y en el texto asociado a la foto, se dice que esa mujer, conductora de taxi, fue secuestrada y ejecutada por no ceder a las exigencias del cartel o pandilla que la secuestró.

El dato es crispante. Una trabajadora honrada se enfrenta a una exigencia ilegal y al negarse es exhibida públicamente a través de un periódico con el mensaje: hagan lo que pedimos pues si no, acabaran como esta mujer “desobediente”.

Además de la terrible y denigrante exhibición y ejecución de la víctima, el dato indica: autoridades no está dando resultado sus estrategias; pobladores, trabajadores, hagan lo que les pidan pues les va la vida en la negativa. Además, es obvia la generación de miedo, tristeza, horror y coraje en los lectores de la nota. Un dato crispante, denigrante, horroroso y admonitorio.

Los datos sirven para conocer qué y cómo pasa. También para reconocer oportunidades o amenazas. Igual para conocer lo no conocido y si importante para as decisiones personales, familiares y empresariales. Convine buscarlos y darnos cuenta de sus mensajes. Así, no dependeremos de los dichos y las presunciones o resquemores de los “enterados” y de los “amigos”.


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Miguel Bazdresch Parada
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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