Cultura

Esa loca hiperactividad

El significado de la palabra ocio, del latín otium, es, según el diccionario: “Cesación del trabajo, inacción o total omisión de la actividad”. Queda claro: estar ocioso es no hacer nada. El dolce far niente que practican los italianos, de cierta edad porque la juventud ya le ha cambiado al ocio el significado. 

Los niños no conocen, ni disfrutan, el ocio. Shutterstock
Los niños no conocen, ni disfrutan, el ocio. Shutterstock

El ocio es hoy un tiempo sin obligaciones para rellenar con múltiples actividades, significa tirarse en canoa por los rápidos de un río, ir a África, o a Catemaco, de safari fotográfico, recorrer diez kilómetros con unos bastones de trekking, o corriendo sin zapatos o con unos Nike de última generación. Y también es ocio en el siglo XXI ver, de una sentada, una temporada completa de, digamos, Succession

Este nuevo mundo vertiginoso y con el ocio resignificado se nos presenta en fragmentos: pedazos de noticia en la pantalla, cachos de música en Spotify, trozos de alocuciones en X, cacharrería variada multiplicada hasta el infinito y a la velocidad de la luz. 

Este es el ocio de nuestro tiempo. Los niños, que son el futuro de la especie, viven en un tránsito fulgurante que va del teléfono al iPad y cuando logran, desde luego sin querer, escapar de ese bucle, sus padres, convencidos de que la hiperactividad es una cosa positiva, y aterrorizados ante la posibilidad de que su hijo se aburra, lo llevan a un cursillo de karate, de tenis, a clases de natación, de inglés o chino, a cualquier actividad que impida que el niño esté sin hacer nada, es decir, ocioso.

Esta loca hiperactividad tendría que contrapesarse con periodos de clásica y verdadera ociosidad, intervalos de inactividad, de silencio, de concentración en una sola idea. Porque de esos periodos de calma total, de aburrimiento incluso, salen las grandes obras; detrás de cada poema, de cada sinfonía o novela, de cada lienzo, hay una persona que ha pasado largos periodos de ociosidad, sin hacer nada. 

Lo mínimo que va a quedarnos de esta era pautada por los hiperactivos, llena de niños sobreestimulados que han resignificado ya la palabra ocio, es un mundo sin artistas.


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Jordi Soler
  • Jordi Soler
  • Es escritor y poeta mexicano (16 de diciembre de 1963), fue productor y locutor de radio a finales del siglo XX; Vive en la ciudad de Barcelona desde 2003. Es autor de libros como Los rojos de ultramar, Usos rudimentarios de la selva y Los hijos del volcán. Publica los lunes su columna Melancolía de la Resistencia.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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