En un acto como de vendedor de tiempos compartidos en Kafkapulco, Donald Trump tiene tiempo de soñar un paraíso para viejos rabos verdes y plutócratas en la edad de la punzada, en la franja de Gaza. Un desarrollo turístico muy bonito ya sin los estorbosos y aguerridos palestinos, ahí donde los Elon Muskis del mundo tendrán sus leoneras y se reserven el derecho de admisión para que no entre nada que huela a woke, derechos sociales, laborales y donde cunda el clasismo en todo su esplendor. Es como un All Inclusive del capitalismo más salvaje que nunca, un Resort muy humanitario por el que vas a tener que pagar más que por una Golden Card con happy ending incluido.
Ahí se podrán resguardar los que quieren y aman la onda fascistoide como los del KukluxPAN (que siguen vestidos de marines a ver si los recluta Donald Trump para que les cuiden sus trajes de hombre rana a los Seals), Kinky Téllez (que está más sensata y encantadora que nunca gritando con un altavoz para que el Bellaco escuche el último grito de la jungla), Alititito Moreno (que, no se rían, se autopropuso el muy ridi para ser el Zar antidrogas cuando debería ser el Zar antibotox), y el expresichente Jelipillo, el mejor amigui de los fachos de Vox y el Partido Popular en España, que ahora se queja de los canales públicos porque no se alaba su narcoguerra ni su bonita relación con su narco compadre García Luna Productions.
La clase de gente que, me dicen, ya quería ir a rescatar al soldado Scott Harvey Daniel Lee Thompson que, gringo rápido y furioso, fue atrapado con las manos en la masa después de cruzar la frontera con armas de alto calibre, cartuchos y cargadores. Una de esas se apunta para representarlo el subjefe Diego y Gómezpunk.
Pura gente bonita como los Monreal del monrealismo fársico que, justo después de que la Presidenta Sheinbaum habló contra el nepotismo y la relección, al ritmo de “El que respira, aspira”, se apuntaron para gobernaturas, para jefes de manzana, más lo que se acumule esta semana. Y claro, el nepotismo no existe, o es una metaficción o es un mito genial, o son los papás. Lo malo para ellos es que Luisa María Alcalde, la mera mera de Morena, anunció que en su partido no iban a presentar propuestas de candidatos que sean familiares o el orgullo del nepotismo de alguien. Pero ya se sabe, hablando de monreales y traciones…
Los trumpistas como Jeff Bezzos son tan libertarios, que convirtió al mítico Washington Post en una sucursal de ¡Siempre!