Está bien que a los panistas les de pena ser panistas, pero sí me pareció un poco exagerado que para el relanzamiento de lo que queda de su partido organizaron un show un poquito deschistado y guango donde su logotipo es más aburrido que los discurso de su presichente, Jojojojojorge Robero de Terrenos, que con la mirada desgobernada parece líder de una secta satánica.
Digo, nada que celebrar para Acción Nacional desde hace muchos años, pero tampoco era como para representar sus desgracias con una serie de autoparodias muy rudas, rudas, rudísimas: el inútil de Max Cortázar —un caderonicolita de poca monta— echándose un clavado en una pileta que estaba de adorno; Xóchitl Gálvez alegando que a pesar de ser la peor candidata del mundo mundial, le robaron la elección (no sean así, no se rían); Sandra Baticuevas 2 Lazo de la Vega —la alcaldesa tiktokera que se robó las estatuas del Che y Fidel— que alegaba que era apartidista coqueteando con el PRI y el PAN al mismo tiempo; la necesidad de desprestigio de la pitufiza es tal, que le pidieron a mi Tatankita Córdova, Kike Krauze y Aznar (que hace ver al subjefecito Fernández de Cebollas como comunista) que los apapacharan; la derechairiza blanquiazul se la bañó demostrando su sed de autoritarismo ultraconservas en almíbar que en el inicio de su marcha marchita se aplicaron una rafagueada de gases tóxicos, gastaron 600 mil varos en un curso patito de discurso y de control de daños, para que los panistas acabaran teniendo la locuacidad de Margatita Zavala; este guango show solo demostró que se ve, se siente, el espíritu de García Luna Productions está presente; el personaje más ridi que su trayectoria, Gil Zuarth (calderónico por antonomasia) puso un tuit con el deslavado logotipo del PAN con el título de “Regresamos” (mejor hubieran regresado lo que se robaron); y claramente entre la fanaticada del Ku Klux PAN y los MAGA del Trúmpatelas no hay prácticamente ninguna diferencia.
Sobre todo ahora que ante los millones que se manifestaron en contra de Trump en muchas ciudades de Estados Unidos bajo la etiqueta #NoKings, al reyezuelo pinochetista no se le ocurrió otra cosa que soltar en sus cuentas de redes sociales una metáfora excrementicia de lo que ha sido su dictadura: el de los pelos de elote, con la coronita en la chompeta, tripula un avión de combate y le suelta sus nauseabundas deyecciones no solo a quienes lo critican sino al mundo en general.
Relanzan al PAN, pero directamente al desPeñadero.