Cultura

El urbano resplandor de los fantasmas (3)

  • 30-30
  • El urbano resplandor de los fantasmas (3)
  • Fernando Fabio Sánchez

Si escuchamos con atención a los fantasmas de la urbe, completaríamos una historia que ni la ley ni la ciencia han podido responder. 

Así continuamos nuestra reflexión inspirada en “The Shining”, de Kubrick, de las semanas anteriores.

La primera condición que convierte a una persona en desaparecida es el desconocimiento de su historia.

Un día ya no sabemos dónde ni cómo está.

Su voz y su cuerpo están ausentes.

Tampoco se tiene la certeza de que haya llegado al fin de su existencia.

Tanto víctimas como familiares se hallan en el limbo del no saber, y por eso experimentan tanto dolor.

La paradoja es que, siendo un fenómeno mundial y constante, no existe una definición de “desaparecido” en el derecho legal, según la International Commission on Missing Persons (ICMP), ubicada en La Haya.

Nuestros desaparecidos también están ausentes de la ley, lo que obstaculiza la investigación y castigo de los posibles delitos.

La ICMP —voz simbólica— ofrece siete razones por las cuales una persona podría desaparecer.

1. Es víctima directa o indirecta de bombardeos, enfrentamientos bélicos u otro tipo de ofensiva militar.

2. Por la transgresión de los derechos humanos a manos de regímenes autoritarios.

Estos usan la “desaparición forzada” como una forma de control social y político.

Las familias de las víctimas pierden toda protección de la ley, ya que no hay rendición de cuentas ni se establece un debido proceso.

3. A causa de un desastre natural: un temblor, un tsunami, una inundación.

4. Por acción del crimen organizado y los cárteles de la droga.

5. Por la migración.

Miles de personas desaparecen cada año al atravesar terrenos inhóspitos, en altamar y cruzando fronteras hostiles, en ocasiones a merced de bandas criminales.

6. La trata de personas.

Hacia 2021, la Organización Internacional del Trabajo estimó que 27.7 millones de personas en todo el mundo habían sido captadas y transportadas para explotación, prostitución, trabajos forzados, esclavitud, servidumbre, extracción de órganos, entre otras circunstancias.

7. Por razones de género.

Independientemente de que la mayoría de las personas desaparecidas en conflictos armados y en acciones de la delincuencia organizada son hombres, los traficantes de personas con fines sexuales se concentran en las mujeres.

Una agravante en nuestro país sería la violencia masculina en contra de mujeres, tipificada legalmente como “feminicidio”.

Como vemos, las razones de la desaparición son múltiples, aunque destaca la agresión de grupos humanos organizados que persiguen poder político y económico.

Los desaparecidos son el resultado de una larga guerra entre el Estado y grupos armados criminales en contra de la población civil.

Sería —en otras palabras— el costo de un modelo de desarrollo desorbitado, en un territorio gobernado por la impunidad.

Los primeros desaparecidos fueron víctimas de la “Guerra sucia” en los sesenta y setenta, calculadas entre mil y dos mil, o quizá más, según estimaciones de comisiones oficiales y organizaciones de derechos humanos.

La cifra se aceleró a partir de 2006, hasta llegar a los 130 mil que hoy consigna el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, e incluye las víctimas de 1952 a la fecha.

¿Qué nos dice este análisis del derecho de las familias a tomar la glorieta sobre Reforma y Niza?

¿Qué delata su ubicación, justo en frente de la Bolsa de Valores?

Caminemos sin miedo por estas calles llenas de fantasmas, y continuemos escuchando la historia de su ausencia la próxima semana.


fernandofsanchez@gmail.com

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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