Que quien dio nota ayer, y algo de pena también por cierto, fue la diputada local del PRI, Johana Montcerrat Hernández Pérez, pues en la reaparición del ex Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, a través de sus redes sociales en donde lamentó la muerte del Papa Francisco, la legisladora hidalguense se hizo presente para escribirle al ex mandatario que se le extraña y que salve al país de la 4T. Sin duda, es loable buscar ayuda pero debería, desde su trinchera, hacer algo por el estado, con iniciativas que verdaderamente impacten a Hidalgo, por ejemplo.
Que a mes y medio de que entraron en vigor las sanciones por tirar basura en las calles de Pachuca la gente sigue dejando sus desechos en las esquinas. O la gente no conoce las multas, o no teme a la autoridad o simplemente no le interesa. La policía municipal ha comenzado a poner mano dura con tres detenciones y con ello enviar un mensaje a la población: las normas se cumplen o deben atenerse a las consecuencias.
Que a quien ya se le hizo realidad una delegación federal es al ex senador Navor Rojas Mancera, esto con la designación como titular de la Profeco en el estado; la espera tuvo recompensa aunque en un inicio pensó que su cercanía con el gobernador Julio Menchaca lo llevaría a la Delegación del Bienestar, donde podría recorrer el estado con la bandera de los programas sociales y aumentar su popularidad entre la ciudadanía con miras a un cargo de elección popular en el 2027; no es lo mismo, pero si de algo estamos seguros es que habrá más compromiso en la defensa del consumidor por tal pretensión, habrá que vigilar que se haga bien el trabajo y que no sea una mera plataforma política...
Que quien ya no halla la puerta es el delegado de Bienestar, Abraham Mendoza Zenteno quien, lejos de concentrarse en las responsabilidades propias del cargo, anda muy ocupado incendiando cabildos en varias presidencias municipales, instruyendo a sus aliados para rechazar apoyos que beneficiarían directamente a la ciudadanía. No faltan voces que señalan que, con cada tropiezo, acelera la pérdida del muy poco capital político que aún le queda.