¿Se acuerda cuando Netflix era el único sistema de distribución de contenidos en línea que existía en el mercado?
Todo lo que se estrenaba ahí se convertía automáticamente en un acontecimiento y se idealizaba de una manera monumental.
No había manera de entrar a la plataforma y de no sentir una diferencia, incluso, frente a las marcas más finas del mercado como HBO y BBC.
¿Por qué le estoy comentando esto? Porque hoy jueves 2 de noviembre se estrena en Netflix la miniserie “La luz que no puedes ver” (“All the Light We Cannot See”), tuve el privilegio de verla toda con anticipación y le juro que me sentí como a principios de la década pasada.

Si esta superproducción de época se hubiera lanzado en aquel entonces las multitudes la hubieran aclamado tanto como a “Sense8”, “Orange is the New Black” y “13 Reasons Why”.
Así de buena es. Así de “premium”. El problema es que ahora el mundo del “streaming” se ha convertido en un tianguis de mala muerte saturado de estímulos, dividido entre comunidades cada vez más pequeñas y con un público que opina, pero que no mira.
Me da mucha tristeza por todo el talento y por todo el trabajo que hay detrás de este material y, en general, porque siento que las audiencias se están perdiendo cada vez de más y mejores propuestas.
Si en algo aprecia la experiencia televisiva, la experiencia cinematográfica y las buenas historias, regálese al menos una hora completa, sin celulares encendidos, para ver bien y completo el primer episodio de este poema audiovisual.
Le juro que cuando termine no lo va a poder soltar. Quienes lo realizaron pensaron exactamente en lo que se tiene que pensar cuando uno trabaja para Netflix: en “streaming”.
Esto, que es la base de todo, ya nadie lo hace. Todos piensan en algo que funcione igual en la tele, en el cable, en el “streaming” y en las redes sociales. Y, con la pena, así no es este negocio.
¿Por qué habría que ver “All the Light We Cannot See” con tantísimas opciones disponibles en tantos lugares?
Porque es la representación más simbólica del mundo de hoy.
¿Y? ¿Qué tiene eso de divertido?
Yo no si usted y yo manejemos el mismo concepto de diversión. Lo que sí sé es que precisamente por apostarle a la más estúpida de las diversiones esta industria se está llenando de puro pan con lo mismo y que cuando uno ve contenidos como “La luz que no puedes ver” conecta desde la primera escena.
¿Y para que queremos conectar? Para entendernos, para encontrarnos, para sentirnos menos solos y soñar con soluciones.
¿Se acuerda usted de la Guerra? ¿De cuál de todas? Bueno, lo que se está viviendo hoy en Israel, en Ucrania y en muchos otros lugares del mundo está en “All the Light We Cannot See”.
¿Usted escucha podcast? ¿Aprecia el fenómeno que los podcasts representan para México y la humanidad entera?
“La luz que no puedes ver” es una oda a los podcasts, la confirmación de que esto no es tan nuevo como creemos. La certeza de que puede servir para más cosas de las que imaginamos.
¿Y qué me dice de la parte de la discapacidad? Seguramente usted está de acuerdo conmigo en que urge poner sobre la mesa el tema de las personas con discapacidad sin caer en los lugares comunes que tanto daño le han hecho a estas mujeres y a estos hombres durante siglos.
“All the Light We Cannot See” es precisamente eso. Es tan inteligente que ni siquiera se siente como un ejercicio de inclusión. Es como deberían de ser las cosas.
Y ni hablemos de todo lo que tiene que ver con género, racismo, clasismo o resiliencia, entre muchas otras cuestiones más, porque entonces sí se nos va a ir todo el día.
Hay que ver esta miniserie que, además, funciona para mujeres y para hombres, para chicos y grandes, y que tiene uno de los repartos más fascinantes de 2023.
Por el lado de los maduros tenemos a pura celebridad como Hugh Laurie (“Dr. House”) y Mark Ruffalo (“Hulk”) y, por el de los jóvenes, a puro talento divino como Louis Hofmann (“Dark”), Lars Eidinger (“Babylon Berlin”) y Marion Bailey (“The Crown”) sin contar con el lanzamiento de una chica que llegará muy alto: Aria Mia Loberti (Marie).
Luche con todas sus fuerzas por ver “La luz que no puedes ver” (“All The Light We Cannot See”) en Netflix. Le va a gustar. De veras que sí.