La gente invierte demasiado tiempo en seguir a quienes admira. A sus héroes, a sus artistas favoritos o hasta sus personajes de película. No está mal imitar, pero el dato duro es encontrar tus propias capacidades y limitaciones. No puedes ser como el cantante de moda, si no tienes oído musical y difícilmente puedes entonar una melodía de una manera decente. ¿Para qué perder el tiempo en ser alguien que es tan diferente a ti?
Hurgando en mis redes sociales encontré esta reflexión que les quiero compartir. El texto habla de que no todos pueden ser leones y no está mal, porque el mundo es diverso. Aceptemos la diversidad y la diferencia.
“Tratar de transformarte para encajar o para ser tan bueno como el que admiras, podría ser una pérdida de tiempo si no eres consciente de tus propias limitaciones.
Tengo un amigo que se empeñaba en ser cantante. Cuando lo conocí, le pregunté sinceramente a sus amigos que por qué no le decían que no tenía oído musical ni talento. Se lo dije de forma clara y se ofendió.
Para tratar de aterrizarlo en su realidad, le conseguí una cita con otro amigo que cantaba en una orquesta profesional y él fue menos amable que yo, le dijo que era probable que no tuviera el "timing" para ser cantante, le puso muchos ejercicios y fallaba.
Finalmente decidió averiguarlo con un profesional y un foniatra le dijo que su sentido de tiempo para la música estaba alterado, no podía comenzar a cantar ni con un karaoke, era incapaz de seguir la música, su oído interno estaba "atrasado" una milésima de segundo, es un trastorno neurológico que es raro, pero muchas veces la gente no se da cuenta de padecerlo pues no altera ni afecta sus vidas a menos que... quieran dedicarse a la música.
Hoy en día es un chef con un restaurant, vive en una playa y es muy feliz.
No por mí.
Yo simplemente le ayudé a dejar que siguiera perdiendo su tiempo y su dinero en clases de canto que jamás prosperarían.
Hay miles de personas igual. Tratando de hacer cosas sólo porque les gustan sin preguntarse sin son buenas para ello. Es posible que adquieras talento, pero también es posible que jamás lo domines y sea hora de buscar algo en lo que seas bueno”.
Y hasta aquí la reflexión. Me parece que pocas personas entienden para qué son buenos realmente y hay herramientas que pueden usarse para entender esas habilidades escondidas que no deben confundirse con nuestros gustos por tal o cual personaje que desarrolla una actividad para la que se preparó sí, pero en la cual entendió que tenía las facultades para explotarla.
Es interesante revisar el ejemplo de la reflexión, porque una vida puede desperdiciarse en seguir actividades que lejos de ocasionar satisfacción sólo conducirán a la frustración y a la depresión.
Conocerse a sí mismo es todo un arte. Y es en lo que nos debemos ocupar con tiempo de calidad. ¿Para qué soy bueno? Debía ser la pregunta que debemos hacernos todo en un principio y luego: ¿eso me hará feliz?
No todos podemos ser leones y ¿qué importa?