Política

Los “errores de procedimiento” que liberaron a Vallarta

Tras casi 20 años preso, tomó vacaciones en Tampico el mes pasado. Yasmín Sánchez
Tras casi 20 años preso, tomó vacaciones en Tampico el mes pasado.Yasmín Sánchez

Ezequiel Elizalde, testigo principal en los juicios que se siguieron contra Florence Cassez e Israel Vallarta, envió una carta a la presidenta Claudia Sheinbaum, fechada el pasado lunes 25 de agosto. 

Entre otros argumentos, en ella pide a la mandataria que se ponga del lado de las víctimas que, como él, reclaman justicia.

Paradójicamente, este mismo documento siembra una duda grave sobre la verdad de sus palabras, la cual merece ser esclarecida. 

Cito aquí la segunda frase del cuarto párrafo de la misiva: “si en su momento las autoridades incurrieron en errores de procedimiento, ello no puede ni debe utilizarse en contra de nosotros, las víctimas, quienes padecimos directamente las consecuencias de este crimen”. 

¿A qué errores de procedimiento se refiere concretamente Ezequiel Elizalde? Los defensores de esta persona insisten con que la tortura a la que fue sometido Israel Vallarta, a manos de Luis Cárdenas Palomino —entonces coordinador de inteligencia para la Prevención del Delito de la Agencia Federal de Investigación (AFI)— no deberían servir de “pretexto” para desestimar su responsabilidad como líder de la banda Los Zodiaco

En el derecho mexicano la tortura es argumento definitivo para desestimar una confesión y en este caso, la juez que sentenció la inocencia de Vallarta aplicó correctamente lo que dicen nuestras leyes, así que no solo se trataría de un mero “pretexto” sino de un argumento plenamente legal. 

Sin embargo, la tortura referida no fue la principal irregularidad en el proceso que mantuvo a Vallarta casi veinte años privado de la libertad. El supuesto error de procedimiento al que se refiere Elizalde es aún más contundente a la hora de defender su inocencia y, en simultáneo, arroja dudas sobre la credibilidad de Ezequiel respecto a los hechos que, como él afirma, ha venido denunciando durante dos largas décadas. 

Este error tiene que ver con la hora y la fecha de la detención de Vallarta y Cassez, la cual no coincide con la supuesta liberación de las víctimas. Hay que tener en mente que el primer evento ocurrió un jueves por la mañana y el segundo al día siguiente hacia las 7:00 am. 

De acuerdo con información que hoy es irrefutable, Florence Cassez e Israel Vallarta fueron detenidos el jueves ocho de diciembre a las diez de la mañana, a poca distancia del Rancho Las Chinitas, donde residía el segundo. De ahí fueron trasladados a un inmueble de la Procuraduría General que se encuentra en Plaza de la República de la Ciudad de México. 

De acuerdo con Vallarta, en el sótano de ese edificio habría sido torturado para que confesara ser el líder de la banda de secuestradores Los Zodiaco. Ahí permaneció hasta las cuatro de la mañana del día siguiente, viernes 9 de diciembre, cuando fue trasladado nuevamente a su vivienda donde, poco más tarde, sería presentado a los medios de comunicación en un evento notoriamente fabricado para simular flagrancia.    

Esta descripción de los hechos no puede ser considerada como un mero “error de procedimiento;” se trató en toda la línea de un montaje publicitado en complicidad con las televisoras. De esto tampoco queda duda a estas alturas. 

Ahora bien, si Cassez y Vallarta no pernoctaron la noche del 8 al 9 de diciembre de 2005 en el Rancho Las Chinitas, ¿quién custodió a las supuestas víctimas que se hallaban en ese sitio, entre ellas Ezequiel Elizalde, las cuales fueron liberadas por los agentes de la AFI al mismo tiempo que habrían sido capturados sus presuntos secuestradores?

Los “errores de procedimiento” referidos por el autor de la carta dirigida a la presidenta Sheinbaum son los cometidos a la hora de fabricar el montaje. Son los mismos que obligan a preguntarse dónde estuvo realmente Ezequiel Elizalde mientras las personas que él señala como sus plagiarios se hallaban en el sótano de la PGR. 

¿O bien la AFI, liderada por Cárdenas Palomino, privó ilegalmente de la libertad al señor Elizalde durante las casi veinte horas que transcurrieron entre la detención de Vallarta y la liberación de las víctimas, o bien Elizalde arribó a las Chinitas la madrugada del viernes para actuar como parte del elenco de las personas secuestradas que participaron en el montaje?

Hay testimonios que apuntan en dirección de la segunda hipótesis. La periodista Emmanuelle Steels, en su libro El Teatro del Engaño, refiere a una declaración de Elizalde que aparece en el voluminoso expediente judicial. En ella. este sujeto dice al médico que lo atendió, después de su liberación, que agentes de la AFI lo habían golpeado en la cabeza, razón por la cual aparece en las tomas de la televisión con una venda alrededor de la frente. 

Elizalde jamás ha podido explicar por qué dijo esto al médico adscrito a la PGR que certificó su estado de salud. En sentido inverso, Israel Vallarta ha proporcionado información que sería coherente con esa precisa declaración. 

Afirma Vallarta que mientras lo torturaban en los sótanos de la PGR, en una celda contigua estaba también siendo agredido Ezequiel Elizalde con el propósito de arrancarle imputaciones mentirosas contra los presuntos secuestradores. 

Refiere también Vallarta que la madrugada del viernes 9 de diciembre, poco antes de que Cárdenas Palomino autorizara a las cámaras de televisión para filmar la falsa detención, arribó Elizalde con la cabeza vendada, en un vehículo oficial, custodiado por agentes de la AFI. 

Luego, fue introducido al mismo cuarto destartalado donde Vallarta y Cassez iban a ser filmados por la televisión, en cuyas tomas, por cierto, se evidencia la tortura continuada. 

Como dice Emmanuelle Steels, mientras Elizalde no sea capaz de explicar las declaraciones realizadas al médico legista, y tampoco pueda decir a qué hora y qué día, exactamente, fue liberado de sus captores, su voz como supuesta víctima tiene muy poca credibilidad. 

No importa cuántas veces haya sido utilizado su testimonio por las autoridades que, ayer y hoy, han intentado lavarse la cara por “los errores de procedimiento.” Son estos mismos errores los que demuestran que el caso Cassez-Vallarta fue un montaje.


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Ricardo Raphael
  • Ricardo Raphael
  • Es columnista en el Milenio Diario, y otros medios nacionales e internacionales, Es autor, entre otros textos, de la novela Hijo de la Guerra, de los ensayos La institución ciudadana y Mirreynato, de la biografía periodística Los Socios de Elba Esther, de la crónica de viaje El Otro México y del manual de investigación Periodismo Urgente. / Escribe todos los lunes, jueves y sábado su columna Política zoom
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