Conocí al arquitecto Benavides hace muchos años, no fue en 2002 cuando llegué a trabajar a esta empresa en la que convivimos a diario y aprendí de él y de la generación que con él terminó ayer.
El arquitecto Héctor Benavides formó parte de mi vida en aquel 1986, cuando siendo un niño de 10 años me senté frente al televisor y me informé de un hecho impactante a través de su noticiero. Esa tarde el arquitecto narraba una historia muy triste, la de un niño que había sido privado de su libertad en un colegio del sur de Monterrey, y después de días tensos le habían quitado la vida.
Dos años después, aquella histórica noche de septiembre de 1988, junto a mi madre y mis hermanos, el arquitecto nos acompañó a través de un radio de pilas, mientras los vientos y la lluvia del huracán Gilberto amenazaban con inundar nuestra casa a metros del desbocado río Santa Catarina.
Después se hizo costumbre en casa ver cada noche de domingo el programa Cambios, Notioro 12, Ayuda y otras emisiones más.
En junio de 2002 lo conocí personalmente en su oficina y comenzó con ello una historia profesional llena de andanzas, largas jornadas trabajando con él y para él, con el objetivo de informar y servir; dos palabras que para el arquitecto Benavides siempre fueron sinónimo.
En marzo de 2020 recibí una llamada donde me encargaba temporalmente el programa Cambios, su programa, el que ideó y condujo durante 28 años. Difícil compromiso, porque era su creación, su sello, su marca.
El 1 de junio, la noche en que le entregaron el primer Récord Guinness, hicimos el compromiso de que él regresaba a Cambios en septiembre para conducir juntos el aniversario 31 del programa.
Faltaban dos semanas cuando el destino nos alcanzó, y tras una revisión médica fue internado y alertado por su estado de salud. A partir de entonces enfrentó una batalla constante contra una enfermedad que lo mantuvo fuera del oficio que ejerció como nadie por tantas décadas en la radio, la televisión y todas las plataformas hasta nuestros días: la misión de informar.
Ayer fue sin duda un día difícil para todos los que formamos parte de la familia Multimedios.
Se fue el periodista agudo, el hombre carismático, voz del pueblo e impulsor de las causas sociales, la figura más importante de los medios masivos en el norte del país.
Su legado puede medirse en números, a través de los Récords Guinness, de sus 10 libros, o de otras metas alcanzadas, pero su historia también se plasmó con un importante legado de servicio.
Adiós, arquitecto, y felicidades por su histórica carrera, pero sobre todo, muchas gracias.