Mientras las autoridades y hasta organismos ciudadanos aseguran que este año ha sido bueno en cuanto a la calidad del aire, cuando llega el momento de preguntar: ¿Qué hicimos para mejorar? No hay respuestas claras.
Y al preguntar de soluciones de fondo, la respuesta es que todo está en proceso.
Ya sea en proceso de estudio, de mesa de trabajo, de inventario, de convenio, de exhorto. Mientras lo único que no se detiene es lo que usted y yo respiramos con todo y moléculas que dañan la salud de grandes y de chicos, como advirtió la semana pasada la secretaria de Salud en Nuevo León.
En el programa Cambios, el secretario de Medio Ambiente, Raúl Lozano, puso fecha tentativa a la próxima gran promesa: en cuatro o cinco meses estaría listo el nuevo inventario de emisiones.
Ese documento que, en teoría, permitirá saber quién contamina, cuánto y dónde… y así dejar de repartir culpas al aire, y definir políticas públicas con datos nuevos.
Pero mientras ese estudio concluye con mesas permanentes entre el estado, la Federación, la UNAM, la industria y las organizaciones, hay opacidad en la información que se difunde, o en el menor de los casos, faltan datos.
Ya se acumulan más de 100 días sin publicar reportes mensuales de calidad del aire en el estado. El último es de julio, porque agosto, septiembre y octubre siguen guardados en algún cajón.
A la par, algunos diputados en el Congreso acusan que tienen otros documentos que hablan de más de 200 días con calidad del aire “mala” o “muy mala” en lo que va del año y más víctimas de enfermedades asociadas a este problema.
Con ese escenario, dejar de publicar los reportes mensuales no es una buena idea; por el contrario, inquieta a cualquiera.
¿Para qué hacer cosas buenas que parecen malas?
No se puede negar, por supuesto que hay acciones correctas que animan a la solución; diálogo con las fuentes contaminantes, aplicaciones de sanciones.
Pero en el fondo, si falta información poco podemos ayudar incluso los ciudadanos.
Involucrémonos todos, informémonos y tomemos el timón con el apoyo de expertos y voluntad de autoridades.
Ninguna guerra se gana solo.