Entre 2010 a 2013, aumentaron los homicidios en Coahuila al grado de considerarse una de las entidades más violentas del país. El crimen se focalizó en La Laguna, la novena zona metropolitana más poblada del país. En Torreón se concentró la mayoría de los homicidios debido a que grupos criminales se peleaban por su control, no solo en la venta de droga, sino por su ubicación geográfica que facilitaba las conexiones, incluso fronterizas.
Otros ya han escrito sobre cómo se reconquistó la paz en La Laguna, un ejemplo nacional de que la lucha contra el crimen tiene finales exitosos. Pero para variar, quienes no han contado nunca su parte de la historia, porque están acostumbrados a vivir en el anonimato, son las y los policías. Y esta es su resumida aportación al aprendizaje colectivo.
En 2010 surgió en esa región el grupo delictivo Cártel de La Laguna y/o Los Dannys, bajo el liderazgo de Daniel García Ávila, con presencia en distintas ciudades. El grupo delictivo se fortaleció luego de que en 2011 un liderazgo de Sinaloa fuera detenido y llegó a tener más poder que Los Zetas, además de controlar el penal local de Gómez Palacio, así como de la región.
Obtenían grandes ganancias por el narcomenudeo. Estaban presentes en la vida nocturna de la región mientras que la constante eran secuestros que terminaban en homicidios, masacres, extorsiones, agresiones a autoridades e incluso a medios de comunicación. Los policías de la federación tenían un precio de 10 mil pesos por cabeza y grado.
En suma, al despliegue federal para inicios del 2013 se envió a un grupo de inteligencia antidrogas a La Laguna.Primero ubicaron a dos de los principales colaboradores de ‘Danny’, uno de ellos, su hermano. Operaban desde Zapopan, Jalisco con la fachada de empresarios inmobiliarios. El reto no solo era saber quiénes eran y ubicarlos, sino demostrar legalmente su participación en actividades criminales. Y eso se logró trabajando con la entonces Procuraduría General de la República.
La detención de ‘Junior’ y ‘Delta’ fue la primera batalla. Vinieron las represalias contra la propia autoridad y medios de comunicación. Luego fue detenido un criminal más de apellido Zúñiga, directamente responsable de la violencia en Torreón. Siguieron las detenciones: la organización había sido desmantelada 50%.
Daniel ‘El Danny’, vivía y operaba desde Fresnillo, Zacatecas. Era un vecino como cualquier otro, propietario de autolavados; contrario al pavor que le tenían sus propios homicidas, era un hombre de familia. Fue detenido sin que se lo esperara. Chaparrito, con características muy contrarias a la idealización de los grandes criminales, en la Procuraduría Federal no daban crédito de que un hombre tan ordinario fuera el responsable de toda la violencia en una región del país. La Policía de la federación logró resultados contundentes en muy poco tiempo: menos de cinco meses.
¿Por qué? De acuerdo a las y los policías protagonistas de este logro, es un caso de éxito ejemplar que resulta cuando cada Institución hace lo que les corresponde, se trabaja en equipo, sin limitantes políticas y sin egos ocurrentes.