Política

Nos “quedamos con las ganas” de que NO ocurrieran saqueos y violencias

Los manifestantes que salieron anteayer a las calles para mantener encendida la llama del 2 de octubre no pretendían otra cosa que eso, protagonizar un acto de protesta en memoria de los estudiantes que fueron masacrados en 1968.

Civilizados y pacíficos, en momento alguno tuvieron el propósito de saquear joyerías, de destrozar locales comerciales o atacar violentamente a los miembros de las fuerzas de seguridad que custodiaban la concentración. No es contra ellos que hubiera debido actuar la policía, en lo absoluto, sino que la intervención —obligada no solo para mantener el orden público sino, sobre todo, para proteger comercios, monumentos y personas— debería haber tenido lugar para neutralizar a las turbas de vándalos incendiarios, encapuchados todos ellos, que aprovecharon la ocasión para perpetrar delitos puros y simples.

Vistas las cosas —los destrozos, las deflagraciones, los policías heridos, tres de ellos aún hospitalizados por la gravedad de sus lesiones— las declaraciones de los responsables políticos de la capital son punto menos que inauditas por no hablar, también, de su criminal inacción ante el embate de los salvajes.

El señor secretario de Gobierno de Ciudad de México, de nombre César Cravioto, habló de una “gran provocación” maquinada, muy seguramente, por “quienes no están de acuerdo con este proyecto que está transformando al país” y añadió que quienes hubieran deseado que la policía se enfrentara a los agitadores “se quedaron con las ganas, gracias a la entereza del cuerpo policíaco”.

En lo que toca al director de la policía de la capital de todos los mexicanos, el hombre declaró: “No cabe duda que hay quien quisiera que nuestra policía actúe con modelos del pasado, pero nuestra policía es aliada de los ciudadanos y garantiza los derechos para todas las personas, es una policía que acompaña y encauza, que no cae en provocaciones ni reprime”.

Pues, vamos por partes: los tales “modelos del pasado” que presuntamente queremos no son recetas de brutalidad policiaca sino acciones muy concretas y puntuales para asegurar, justamente, que los derechos de “todas las personas”— los dueños de los comercios, totalmente indefensos ante la bestialidad de los atracadores, los tranquilos asistentes a la manifestación y los propios policías (también tienen derechos, entre ellos el de no quedarse cruzados de brazos cuando son atacados por tipos provistos de martillos, cadenas y bombas molotov)— sean garantizados.

Y, por favor, dejar que los vándalos quemen negocios o que asalten una joyería para llevarse valiosas alhajas no es “no caer en provocaciones” sino desentenderse de la primerísima responsabilidad que tienen los cuerpos policíacos, a saber, la de defender a esos invocados ciudadanos, a todos, y evitar robos y despojos. No es “reprimir”, es cumplir con la ley, respondiendo a las atribuciones que ésta les confiere a los guardianes del orden.

En fin...


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Román Revueltas Retes
  • Román Revueltas Retes
  • revueltas@mac.com
  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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