Política

Monroe vive

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Hace apenas unos años podíamos contar con que las pulsiones más oscuras de los déspotas del mundo se enfrentarían tarde o temprano con Estados Unidos, custodio de facto de los mejores valores de Occidente —la democracia, los derechos civiles, la ilustración, entre otros— pero a partir de 2024 ya no tanto. Está claro que el faro del tío Sam venía con metralletas a los costados, y que a veces brillaba con luz oscura, o intermitente, pero no dejaba de ser faro. Sin olvidar que en las últimas décadas la diplomacia y las sanciones económicas tomaron precedencia sobre los golpes de Estado orquestados y fondeados por la CIA, como estos lo hicieron en algún punto sobre las invasiones llanas con tanques y soldados.

Una presidencia visceral y alérgica a los contrapesos que le ordena al Pentágono usar fuerza militar contra los cárteles, como acabamos de ver con los misiles enviados a pulverizar un par de lanchas en el Caribe venezolano que no tenemos manera de saber si eran delincuentes o no, auguran el regreso a tiempos más violentos. ¿Que si lo de Venezuela es, más que un intento de detener al cártel de Los Soles y al Tren de Aragua, una medida para debilitar y tumbar a Maduro? Tampoco podemos saberlo, pero no tiene la menor importancia: la primera intervención francesa en México difícilmente fue para gestionar el pago de unos éclairs a una pastelería de Tacubaya, y como quiera nos llevaron entre las patas.

Tras la caída de Pablo Escobar, la consolidación en México de los cárteles como trasnacionales del crimen los hizo montar fuerzas paramilitares que al principio usaban para defenderse más de sus rivales que del gobierno mexicano, al que preferían comprar. Cuando el tamaño de sus operaciones le permitió al cártel de Sinaloa adquirir a diferentes generales para usarlos como sus guardias particulares, y luego de la llegada de Los Zetas que asumieron el terror como instrumento de trabajo, fue que comenzamos a ver el desbordamiento de un conflicto que antes prefería no tocar a ciudadanos inocentes, pero que ahora, armados con drones, minas, armas de alto poder y sofisticado equipo de espionaje, gusta de usarlos como rehenes, como mercancía o, en el peor de los casos, como cuentos precautorios, como lo vimos en Veracruz con el insensible asesinato de Irma Hernández Cruz, maestra jubilada y taxista de 62 años.

La cereza del pastel llegó hace unos días, cuando una narcomanta supuestamente firmada por La Chapiza fue colgada en San José del Cabo. Dirigida a Sheinbaum y a García Harfuch, así como al embajador Ron Johnson, al director del FBI, Kash Patel, y a Terry Cole, jefe de la DEA, en ella se advertía que, a partir del día 5 de octubre, si las fuerzas del orden no dejaban de estorbarles, comenzarían a pegarle a ciudadanos estadunidenses, sobre todo a los radicados en Cabo San Lucas y San José. El último censo indica que Baja California es el estado con la mayor cantidad de estadunidenses en México, con 132 mil 673.

Sheinbaum dice haber rechazado categóricamente la ayuda presencial del ejército gringo en nuestro suelo. Como van las cosas, falta ver si le siguen dando la opción.


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Roberta Garza
  • Roberta Garza
  • Es psicóloga, fue maestra de Literatura en el Instituto Tecnológico de Monterrey y editora en jefe del grupo Milenio (Milenio Monterrey y Milenio Semanal). Fundó la revista Replicante y ha colaborado con diversos artículos periodísticos en la revista Nexos y Milenio Diario con su columna Artículo mortis
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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