Política

‘Maderocidas’ y necrofílicos

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Francisco I. Madero duró en la Presidencia 472 días (del 6 de noviembre de 1911 al 19 de febrero de 1913). Fue derrocado por un golpe de Estado en el que se confabularon los defensores del antiguo régimen porfirista: un grupo del ejército oficialista, la embajada estadunidense, la oligarquía porfiriana y un sector de la prensa dominante.

Ayer, lunes 16 de marzo, el gobierno de la 4T cumplió 472 días, en medio de reacciones, cuestionamientos, pujas y presiones de quienes quisieran ver ya terminado y concluido el primer gobierno de izquierda en México.

Son los maderocidas, que quisieran acabar con una Presidencia que ha decidido terminar con los privilegios y canonjías del antiguo régimen neoporfirista que durante tres décadas construyeron las élites políticas y la oligarquía económica, cuya única diferencia con el porfirismo fue la democracia de salón, la del gatopardismo político, en el que las siglas podían alternarse, pero no el modelo económico desarrollista, fincado en la unión del poder político y el poder económico.

Nadie se baña dos veces en el mismo río, decía Heráclito. En este sentido, los maderocidas o golpistas de hoy no cuentan con el Ejército ni con la embajada norteamericana a su favor, pero sí con un algunos grupos empresariales y un sector de los medios de comunicación que apuestan al fracaso del gobierno de la 4T y del presidente Andrés Manuel López Obrador.

¿Y quiénes son las y los afectados que apuestan a un maderocidio?

Los ex presidentes, que dejaron de percibir pensiones y protección personal multimillonaria.

Los grandes evasores fiscales, que ahora sí deberán pagar como grandes contribuyentes.

Los factureros, que perdieron un negocio de 300 mil millones de pesos al año.

Las farmacéuticas, que dejaron de vender al gobierno medicamentos con sobresueldo.

Algunos grupos sindicales, que ahora deberán elegir a sus dirigentes mediante votación directa, secreta e individual.

Los traficantes de influencias, que ofrecían a presidentes municipales y a gobernadores “bajar” recursos del erario a cambio de un “moche” o una comisión.

Quienes recibieron contratos de explotación petrolera, que especularon con ellos, y que ahora deberán regresarlos, si no producen en dos años más.

Los ex funcionarios y contratistas del gobierno federal que ahora tienen sus cuentas congeladas por haber acumulado fortunas de procedencia y origen inexplicables.

La delincuencia organizada, que ya no tiene a la Policía Federal a su servicio.

Algunos jueces y magistrados, que ahora están bajo el escrutinio de la opinión pública y de las instituciones anticorrupción.

Aquellos medios de comunicación que ya no reciben trato preferencial ni tienen derecho de picaporte en Palacio Nacional, por la baja en el presupuesto oficial.

En suma, saqueadores, explotadores, traficantes de influencias, coyotes y todos aquellos depredadores del presupuesto y de los recursos naturales del país, que ya no tienen su “queso” gruyer a la vista ni al alcance del bolsillo.

Los maderocidas son también necrofílicos. Se agarran de todo y de todos en busca de víctimas propiciatorias. Les urge el primer muerto por coronavirus para lanzar las campanas al vuelo y los dardos a Palacio.

Sin embargo, ni maderocidas ni necrofílicos irán más allá de donde están confinados. No pasarán.

ricardomonreala@yahoo.com.mx
@RicardoMonrealA

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Ricardo Monreal Ávila
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  • Coordinador de los senadores de Morena y presidente de la Jucopo / Escribe todos los martes su columna "Antilogía" en Milenio Diario
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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