Lo que opinan los jefes no —siempre— se parece a lo que piensan los colaboradores. Esa desconexión, medida por varios estudios, es un riesgo para el negocio.
Las empresas deben conocer a líderes alineados a su propósito y capacitar constantemente a sus colaboradores para conectar, mantener lealtad, innovación y subsistir a largo plazo.
Mientras que seis de cada 10 líderes creen que sus equipos están comprometidos, si se les pregunta a los colaboradores sobre su compromiso y satisfacción, solo cuatro de cada 10 dicen que lo tienen, según ManpowerGroup. Esta disociación arriesga la retención del talento, la productividad y la cultura organizacional.
Los últimos 420 días he portado una cachucha más allá de la editorial en MILENIO, coordino Líderes con Propósito, un proyecto cuyo objetivo es entender el perfil de liderazgo en el grupo, encontrar a quienes estamos alineados al propósito y capacitarnos para un mundo en plena transformación. Hemos comprobado que las habilidades blandas nos permitirán enfrentar lo que llegue con la inteligencia artificial, y me animo a escribir que no hay nada más relevante que la humanidad.
El conocimiento técnico es necesario, pero las habilidades emocionales que faciliten la interacción, adaptación y resolución de problemas son y serán las más valiosas.
Otro descubrimiento: un equipo que confía en sus miembros y un líder que genera confianza es más poderoso que un par de personas muy brillantes, geniales e innovadoras, o una cabeza que dirige con autoridad, conocimiento y experiencia.
“Los superfacilitadores son artífices del rendimiento grupal y coordinan a las personas de forma óptima. Integran diversas experiencias, promueven contribuciones equitativas y cultivan la confianza”, escribe Jamil Zaki, profesor de la Universidad de Stanford en Harvard Business Review.
Cuando la cultura organizacional permite espacios de confianza, empatía, negociación, sintonía y comunicación, los colaboradores contribuyen, muestran creatividad, son productivos, innovan y logran un impacto positivo en los resultados del negocio.
Aquí otra desconexión: pocos jefes creen en la cultura organizacional y la capacitación. Solo 24 por ciento de los líderes reconoce la importancia de la cultura como un impulsor del compromiso y la lealtad, y solo 19 por ciento cree que el desarrollo profesional es relevante, según Manpower. Mientras, al preguntar al talento cómo se le atrae, responde que vía salario y beneficios, pero al cuestionar por qué se queda dice: bienestar, desarrollo profesional, cultura y propósito.
Los negocios necesitan procurar longevidad, más en un contexto volátil e incierto, dejar a un lado la cultura organizacional, el propósito y la capacitación es ponerse una soga al cuello.
Zaki dice que cada equipo necesita un superfacilitador, en MILENIO los llamamos líderes con propósito.